Cuando nuestras pequeñas hijas se  enfrentan a esta gran cambio en todo su organismo, y sobre todo  tratándose de un cambio que afecta incluso sus emociones, lo principal es que se encuentren bien informadas sobre lo que les sucederá, cómo y por qué les sucede.
En la época de nuestras abuelas nada se hablaba sobre estos temas  y las pobres niñas enfrentaban la primera menstruación en el más  absoluto desconocimiento cayendo así la mayoría de las veces en un  estado de pánico, llegando incluso a pensar que sufrían alguna severa  enfermedad.
Afortunadamente esto ha cambiado con el correr de los años, hoy en día toda madre puede y debe hablar con absoluta libertad de estos temas con sus hijas.  Todo lo referido a la educación de la sexualidad debe darse a lo largo  de toda la vida de nuestros hijos, pero de manera especial se deben  hablar con mucho más fluidez estos temas cuando atraviesan la pubertad,  esto es entre los 10 y 13 años aproximadamente.
Si te informas como corresponde y como adulto informas a tus hijos sobre su sexualidad, sus cuidados y sus riesgos, estarás protegiéndolos de problemas o errores que podrían cambiarle definitivamente la vida de manera perjudicial.
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