Un niño hiperactivo dentro del saló de clase podría ser identificado  por el profesor si éste muestra distraído al poco tiempo de empezar la  lección, si su mirada se va hacia cualquier cosa que sucede en el saló o  si se pone a conversar con el compañero a cada rato.
Estas situaciones hacen que el niño hiperactivo siempre esté colocado  en el lugar del malcriado, inadecuado, y ésta lectura deforma su  crecimiento emocional y espiritual. Suele recibir una resondrada -ojalá  no un castigo- de parte de sus padres y profesores, lo cual afecta su  sentir.
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