La anorexia  nerviosa se constituye como una de las enfermedades llamadas "de fin de  siglo". Aunque se ha hecho notar hace más de cien años, recién en las  últimas décadas ha recibido mayor atención y preocupación, debido en  parte al aumento de conocimiento público y al evidente aumento de su  incidencia, sobre todo en los países occidentales u occidentalizado. 
Diversas causas para este fenómeno han sido  propuestas por el psicoanálisis, la psicología cognitiva y el  conductismo, todos ellos con perspectivas de causalidad lineal ( Sarason  y Sarason, 1996). El paradigma sistémico, en su aplicación a la terapia  y tratamiento psicológico, enfoca el fenómeno "anorexia" enmarcándolo  en pautas de comportamiento más amplias que involucren incluso a otras  personas.
En el presente trabajo se revisan algunas de las  implicancias de concebir la anorexia como un fenómeno sistémico. Con  este propósito, es que en primer lugar se integrará y enmarcará la  definición de anorexia nerviosa en el contexto del paradigma sistémico,  describiendo algunas "características de personalidad" de las personas  diagnosticadas como anoréxicas, las posibles consecuencias que produce  en su entorno y otros factores relacionados. En segundo lugar, se  expondrá el caso de una persona diagnosticada con anorexia, detallando  algunos aspectos de su diario de vida. Luego, en la reflexión, se  discutirá acerca de los posibles alcances y limitaciones que implica el  concebir la anorexia desde una perspectiva sistémica, distinguiendo las  principales ventajas y desventajas. En la última parte del informe se  exponen las principales conclusiones extraídas de la integración  realizada en el marco conceptual y actividad práctica. 
¿Qué es un trastorno alimentario? 
En  las breves historias de Ana y Luisa hemos podido acercarnos a dos  trastornos alimentarios muy distintos pero a la vez, complementarios, la  anorexia y la bulimia. El término trastorno alimentario se refiere en  general a trastornos psicológicos que comportan graves anormalidades en  el comportamiento de ingesta; es decir, la base y fundamento de dichos  trastornos se halla en la alteración psicológica. Entre ellos, los más  conocidos son: la anorexia nerviosa y la bulimia. Se trata de trastornos  graves que afectan a las mujeres mucho más que a los hombres y en  preferencia en la etapa adolescente o pre-adulta. Suelen asociarse con  psicopatología grave e interfieren en el funcionamiento normal de la  vida social, de trabajo y de estudio. Deberíamos hacer hincapié en la  distorsión que representan en el desarrollo personal de las jóvenes. La  necesidad de dedicar todos los esfuerzos a la pérdida de peso aísla,  crea dificultades, entorpece la adquisición de otros aprendizajes  necesarios e interfiere, causando mucho malestar, en el desarrollo de la  propia vida.
La siguiente es una lista de alteraciones  orgánicas que pueden quedar en forma permanente como consecuencia de un  trastorno alimentario severo.
Las secuelas son tanto más frecuentes cuanto mayor ha sido el tiempo de evolución de la enfermedad.
Lamentablemente  se ha comprobado que la tasa de mortalidad se incrementa  ostensiblemente luego de transcurridos cinco años de enfermedad, siendo  infrecuente en las etapas iniciales; de ahí la importancia de la  detección precoz de estos trastornos para no demorar el tratamiento.
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