Los  dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy  preocupantes para algunos adolescentes, especialmente para aquellos que  son tímidos y que no desean hacer preguntas al respecto. En el otro  extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en forma de  presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus  experiencias. Más de la mitad de los adolescentes tendrán su primera  experiencia sexual completa antes de los 16 años. Aquellos que comienzan  tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de  embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para  la salud que suponen la infección por HIV y el SIDA constituyen una  preocupación adicional.Además, un adolescente puede no estar seguro de  su orientación sexual, sobre si es homosexual o no. Esta preocupación  puede ser compartida por sus padres.
El  apoyo sensible, una guía clara e información exacta acerca de estos  diferentes aspectos de la sexualidad son muy apreciados por los  adolescentes ya sean procedentes de sus padres, del colegio, del médico  de cabecera o de los centros de orientación familiar.
La mayoría de los adolescentes son bastante  cuidadosos a la hora de la elección de sus parejas. La promiscuidad  sexual y la relaciones de riesgo repetitivas sin protección suelen ser  signo de la presencia de problemas emocionales subyacentes, aunque  también pueden reflejar un estilo de vida al límite - los adolescentes  que asumen riesgos en algunos aspectos de su vida tienden a asumirlos en  otras facetas de la misma.
Emocionales
La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.
La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.
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