También conocida como matronatación, la natación para bebes es
 una de las actividades mayormente recomendadas durante los primeros 
años de vida de un niño, dado que sus beneficios son amplios y 
satisfactorios porque se trata de una actividad que propone tanto  ejercició  como placer, diversión y estímulo para el pequeño.
Lo cierto es que la natación para los bebés no tiene
 mucho que ver con la natación como la conocemos ya que un niño recién 
aprenderá a nadar como un adulto a partir de los 4 o 5 años de edad, en 
cambio lo que se plantea es que el bebé se maneje cómodamente dentro del
 medio acuoso y desarrolle al máximo sus capacidades motoras, ejercitando suavemente sus músculos y extremidades, proponiéndole a su organismo un crecimiento más saludable.
 Antes de los 5 años un niño es 
demasiado pequeño para desarrollar una propia autonomía dentro del agua y
 adquirir todos los movimientos propios de la natación que
 le permitan valerse por si mismo en cualquier circunstancia, por lo que
 en ningún caso se debe dejar a un bebé en el agua sin la presencia 
cercana de un adulto y su respaldo.
Los bebés recién nacidos están perfectamente dotados de una buena 
cantidad de reflejos que les permiten el desarrollo de una correcta adaptación al agua,
 cualquiera podrá ver cómo disfrutan de toda actividad que se le 
proponga en la piscina, la felicidad que les proporciona es de vital 
importancia para su crecimiento.
Practicando natación el niño además desarrolla un estrecho vínculo de amor y confianza con
 el adulto, padre o madre, que lo acompañe, ya que en todo el proceso se
 comparte una experiencia única y memorable. El niño que experimenta con
 el agua se vuelve más fuerte y atlético, además se mantiene alejado del
 riesgo de padecer obesidad infantil.
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