
Una de las cosas que más nos emocionan al saber que seremos padres es  imaginar cómo decoraremos la habitación del bebé, sin embargo, una vez  que se tiene al pequeño en brazos muchos desistimos de 'abandonarlo a  suerte en su habitación' y accedemos a dejarlo en la recámara nupcial  durante algunos meses.
No obstante, los especialistas  recomiendan que el bebé ocupe su propia habitación a partir del cuarto o  quinto mes de vida, pues es importante fomentar en el pequeño el  sentido de individualidad y separarlo de los padres a la hora de dormir  es el mejor comienzo. 
Según especialistas, a partir de los  cuatro meses de edad, el bebé está listo para pasar a su recámara, pues  ya tiene rutinas de alimentación, es capaz de dormir toda la noche sin  despertar y ha desarrollado mecanismos de protección.
Cuéntanos tu experiencia:
¿Por qué es importante que el bebé duerma solo?
Permitir que el bebé duerma más tiempo del debido en la recámara  matrimonial puede generar pequeños más temerosos y propensos a las  pesadillas nocturnas y menos independientes. Además, se altera la  relación de pareja porque no son posibles los momentos de intimidad.
Algunos aspectos que debes tomar en consideración antes de mudar al bebé a su recámara: 

La habitación debe ser iluminada. 

Además debe ser cálida, un espacio sin humedad.

Si  es posible utiliza un monitor, éste te permitirá estar más tranquila,  pues podrás escuchar cuando tu bebé se despierte o llore. Algunos  monitorean incluso los movimientos y la respiración del bebe.

No pongas la cuna cerca de los contactos de luz o persianas, podría electrocutarse o estrangularse.

Si ya tiene un personaje favorito úsalo como motivo para decorar su cuarto
¿Cómo mudar al bebé y no desistir en el intento?
A tu hijo le costará trabajo comprender por qué debe dormir solo, si  toda su vida lo ha hecho con sus padres, por lo que antes que nada debes  armarte de paciencia. Haz el cambio de forma progresiva para que baje  la guardia y, poco a poco, acepte la idea de que tiene que dormir en su  cuarto. 

Acostumbra  a tu bebé a su nuevo espacio. Tres o cuatro semanas antes de la mudanza  juega con él en su habitación al menos unos 15 ó 20 minutos diarios.

Si  tiene un hermanito de más edad con el que compartirá la habitación, el  cambio te resultará aún más sencillo. Si es que ya duerme en cama,  puedes incluso juntarlas durante la noche, durante un tiempo, para que  el pequeño se sienta más acompañado.

Si  estás embarazada, muda a tu hijo a su recámara antes de que nazca el  nuevo bebé, de lo contrario, sentirá que lo has echado de tu lado por  culpa de su hermanito.

Seguramente  las primeras noches, al sentirse solo en su habitación, llorará e  intentará que lo cargues y lo lleves a tu recámara, sin embargo no debes  ceder ni un solo día, porque si lo haces, tendrás que volver a empezar  todo de nuevo. Para lograr que vuelva a acostarse en su cama, debemos  ser tiernos a la vez que firmes con él. Tenemos que explicarle a nuestro  hijo que es lo que va a ocurrir a partir de ese momento, que debe  aprender a dormir en su habitación y en su cama.

Asegúrale  que mamá y papá estarán con él hasta que se haya dormido, pero una vez  que concilie el sueño, tú te irás a tu recámara.

Al principio tendrán que estar con él hasta que se duerma.

Con  los días, aumentaremos los tiempos de espera para ir a verle hasta que  se duerma. Con este sistema, empezará a dormirse solito sin reclamar  nuestra presencia.

Evita acostarte con él en su nueva recámara

Si  ya tenías una rutina establecida para la hora del sueño, no es  necesario que la modifiques del todo: cuéntale un cuento, dale un beso  de buenas noches, etc. 
Como cualquier nueva rutina,  seguramente pasarán varios días o semanas para que tu pequeño se  acostumbre a dormir solo en su recámara, sin embargo terminará por caer  rendido en los brazos de Morfeo
 
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