LOS NIÑOS A ESTA EDAD SON MUY CURIOSOS Y EXPLORAN SU CUERPO.
Muchos niños pequeños se tocan los genitales o se  los frotan. Tradicionalmente los tabués sexuales saltaban y a los niños  se les culpabilizaba por su natural necesidad de exploración. Lo  habitual era darles un manotazo o llamarles “guarros”, por no añadir  algunas premoniciones de ceguera o terribles secuelas, aunque estas se  reservaban a la masturbación expresamente. 
Todavía, si los niños se tocan y más si lo hace una niña, se  aconseja “distraerlos” para que dejen de hacerlo. En realidad, no es  necesario, pero si es conveniente explicarles que las personas tocan esa  parte de sus cuerpos en la intimidad y que es más adecuado hacerlo así,  especialmente si hay personas en vuestro entorno a las que incomode  intesamente. Aunque siempre podemos intentar explicarle a los adultos  que es un comportamiento natural y que poco a poco los niños van  entendiendo la privacidad precisa. Y pronto, al observarnos, entenderán  que los adultos no nos tocamos los genitales en público.  
Lo que desde luego no hay que hacer es transmitir a la niña  verguenza o asco, ni culpa. Lo que hace no es malo, ni asqueroso. Quien  así lo ve es el que tiene un problema.
Hoy somos más tolerantes y entendemos que el tocarse el cuerpo, para  un niño pequeño, no es signo de ninguna obsesión malsana por el sexo,  sino una expresión normal y natural de su necesidad de  aprender y reconocerse. Sin duda existe placer en algunos casos, pero no  está relacionado con las relaciones sexuales, sino con las sensaciones  de un cuerpo sano.
A lo que si hay que estar atentos es a comportamientos compulsivos,  continuos o expresamente sexuales, pues pueden ser signos de estados de  ansiedad, problemas emocionales o de cuestiones más serias, como el  abuso sexual. No me refiero a juegos o a tocamientos puramente físicos,  sino a que estos sean permanentes y que vayan acompañados de  conocimientos y actitudes explícitas no adecuadas para la edad del niño.  
Pero si las cosas no son llamativas, a que se toque los genitales no hay que darle más importancia que si se rascan la cabeza o un pie.
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