Las cargas hormonales convierten a la embarazada en ‘un volcán en  erupción’, pero no es tiempo de probar las posiciones del ‘Kamasutra’. 
Durante los tres primeros meses de la gestación pueden presentarse  tres tipos de sensación en la mujer. “Primero, complejo de culpa y  rechazo sexual o inhibición; segundo, temor producto de los cambios  físicos que se están generando, y tercero, el apetito sexual se mantiene  a pesar de la carga hormonal”, explica el siquiatra sexólogo Carlos Pol  Bravo.
Sin embargo, está comprobado que el sexo durante esta época es más  usual de lo que se cree. Sobre todo en los primeros meses, por la  irrigación sanguínea y la exaltación de los estrógenos. Además, la  gestante está más desinhibida, porque durante la gestación no hay riesgo  de volver a quedar embarazada.
“Después del tercer mes, se aleja un poco la intención sexual de la  pareja por molestias como los mareos y las náuseas que perjudican la  estética del mundo erótico”, según Fernando Bohórquez, director de la  Cínica Colombiana de Sexualidad Familia y Pareja.
Contraindicación A pesar del proceso sicológico y físico  por el que atraviesa la futura madre, el coito está contraindicado  solamente si se presentan sangrados o molestias y si el ginecólogo  determina que es un embarazo de alto riesgo. 
No hay que olvidar que “la sexualidad es mucho más amplia, y en esta  etapa de la vida, la masturbación y las caricias hacen parte fundamental  del placer. “Incluso, hay mujeres que pueden tener relaciones sexuales  hasta una semana antes de tener su hijo”, afirma el siquiatra Pol Bravo.
Esto no significa que las relaciones sexuales durante los nueve meses  sean exactamente iguales que en la época preconcepcional. El sexo  brusco puede generar molestias como coitalgias (dolor en la vagina),  porque el útero y el vientre tienen mayor tamaño de lo normal. Para  evitarlas, es importante la comunicación de la pareja. Así, ambos se  ponen de acuerdo con el ritmo y la fuerza de la relación íntima. 
¿Y el bebé?Es importante  entender que el líquido amniótico donde está el feto anidado es una  almohada que funciona como amortiguador. “Un aborto podría ocurrir con  el simple movimiento del bus cuando pasa por una superficie llena de  huecos. 
La vibración mecánica demuestra que se puede afectar el feto por  factores externos sin que haya coito”, explica Pol Bravo. Justamente,  para prevenir accidentes, hay algunas posiciones sexuales que permiten  un acople del cuerpo sin necesidad de tocar el amortiguador natural del  vientre.
Preparación Para realizar el encuentro erótico, es  conveniente estar en un lugar cómodo y con facilidad de movimiento. Se  recomienda el uso de almohadas, para mantener los rincones del cuerpo  apoyados y evitar molestias.
Las relaciones anales, en este caso, no son adecuadas, según lo  plantean los especialistas, porque se necesita experiencia anterior para  hacerlo y hay que controlar el nivel de higiene para prevenir  infecciones, más que todo en esta época, porque la embarazada está  propensa a padecerlas.
Las maratones sexuales tampoco son adecuadas, pues pueden causar  orgasmos consecutivos en la embarazada, los cuales incrementan el riesgo  de sufrir calambres uterinos por la contracción vaginal. Las posiciones  del ‘Kamasutra’ practíquelas después de los 40 días del puerperio,  cuando el cuerpo de la mujer comienza a recuperarse. 
Tenga en cuenta El movimiento brusco y la penetración  profunda no son adecuados durante el embarazo. Además, la excitación que  se produce en el tercio externo de la vagina, donde están todas las  terminaciones nerviosas, es suficiente para lograr un orgasmo, porque es  la parte más sensible del órgano femenino.
En cambio, la presión que se genere en el útero es negativa porque  podría afectar al bebé. 
La fuerza en la penetración debe ocurrir en un momento preorgásmico. “Los buenos amantes disfrutan más con el roce que con la profundidad”, comenta Carlos Pol Bravo.
La fuerza en la penetración debe ocurrir en un momento preorgásmico. “Los buenos amantes disfrutan más con el roce que con la profundidad”, comenta Carlos Pol Bravo.
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