La obesidad infantil, con una prevalencia de  un 13%-15% es un drama. ¿Puedes imaginarte a un niño con un motor de un  600 y una carrocería de un camión? El motor no puede con tanto peso y  falla.
Las tasas de sobrepeso infantil preocupan  sobremanera a la comunidad científica y a los sistemas de salud. El  sobrepeso lleva directamente a la diabetes y ésta se da la mano con la  enfermedad cardiovascular. La diabetes es una enfermedad que está al  alza en todo el mundo y ya se la califica como la pandemia del siglo  XXI.
La respuesta podría estar en empezar una  buena prevención en la infancia, enseñando a los niños, y después a los  jóvenes, a coger hábitos saludables de dieta, ejercicio y no fumar. Es  más fácil no empezar a fumar que tener que dejarlo después. Los niños  tienen que volver al pan con tomate y a correr detrás de la pelota. Hay  que olvidarse del fast food y disminuir las horas de televisión y  videojuegos.
Los especialistas recomiendan una buena  selección de los alimentos. ¿Qué es saber escoger? Cuando uno toma un  carbohidrato, por ejemplo, debe tomar carbohidratos complejos, como  lentejas, pan (cuanto más oscuro mejor), garbanzos, antes que las  patatas o harinas. También se ha de fomentar el consumo de pescado,  sobre todo el azul, y las carnes blancas.
La primera educación del niño está en casa y  él adquirirá buenos hábitos si ve que en casa se sigue una adecuada  alimentación. No es positivo negarle todo aquello que le gusta a menos  que le resulte claramente perjudicial o tenga algún tipo de  intolerancia. Lo que sí se puede hacer es pactar qué cantidad de  chucherías va a tomar y, desde luego, que éstas nunca sustituyan una  comida.
El desayuno es fundamental en la dieta y en  la de los niños aún más. Es el motor energético en que se apoyarán  durante todo el día. En él debe haber alimentos de todos los grupos:  lácteos, fruta, algún embutido magro y carbohidratos.
Es muy recomendable que se tomen una buena  rebanada de pan untada con auténtica mantequilla. Con un toque de azúcar  por encima está deliciosa y es muchísimo más sana que la margarina.  Ésta, a pesar de ser vegetal, es una grasa saturada lo que la convierte  en un alimento menos saludable que la mantequilla.
Tampoco se ha de descuidar el ejercicio  físico. Todas las tareas escolares y extraescolares que tienen los niños  tienen que dejar espacio para la diversión y ¡el movimiento! Un niño  tiene que descargar energía al aire libre y jugar. Todos los días, a ser  posible al aire libre y corriendo todo lo que pueda. Su corazón se lo  agradecerá siempre.
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