Cenicienta Sincarroza anoche se fue a bailar
con su príncipe encantado que la vino a visitar.
Se puso un vestido rojo de papel de caramelos
con moñitos amarillos y florcitas en el pelo.
En los pies usó sandalias y zoquetes con puntillas,
llevó abanico, sombrero, una cartera  sombrilla.
El príncipe la invitó con bombones de cereza, 
con bocaditos de ají, té con leche y milanesas. 
Ni bien la orquesta arrancó, bailaron una ranchera, 
un pasodoble, dos tangos y cincuenta chacareras. 
Cuando sonaron las doce debió volver a su casa: 
¡se subió a un monopatín a falta de calabaza!
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