En pleno  siglo  XXI, los niños con síndrome de Down aún enfrentan el rechazo  social,  menosprecio y marginación, lamentó Dolores López de Rivera,  directora  del Centro de Estimulación y Enseñanza Rosa Azul.
Aclaró que estos niños pueden hacer casi  todo lo que cualquier otro  menor, siempre y cuando reciban atención  especializada mediante  programas de estimulación que los ayudarán a  llegar más pronto a sus  metas.
Para ello requieren la comprensión de  los padres de familia, para  desarrollarse e integrarse a la sociedad.  Sin embargo tampoco se debe  caer en el extremo de la sobreprotección,  pues eso podría obstruir el  proceso de enseñanza y aprendizaje del  menor, remarcó.
Agregó que en las escuelas se habla de  integrar a niños con alguna  discapacidad. Pero la situación es otra  pues en los hechos, en el 80 por  ciento de los planteles educativos se  rechaza a ese sector de la  sociedad.
Dependiendo de la problemática, los  niños con síndrome de Down pueden  ser capaces de realizar ciertos  oficios, como el dibujo, panadería,  serigrafía, carpintería e incluso  conserjería.
Actualmente el Centro de Estimulación y  Enseñanza Rosa Azul atiende a 26  niños y adultos con síndrome de Down y  lesión cerebral.
En ese centro se cuenta con atención de  un psicólogo, trabajadora  social, maestra de comunicación oral y  escrita, así como una maestra de  grupo, quienes analizan y exploran  cada área psicomotriz en cada menor,  para desarrollárselas y contribuir  a que se hagan autosuficientes.
Incluso por las tardes imparten talleres de reciclado, computación y  pintura sólo para adultos.
Con motivo del Día de las Madres, los 26  alumnos del Centro de  Estimulación y Enseñanza Rosa Azul realizaron un  festival en honor a sus  progenitoras, con varias coreografias de las  temas musicales del  extinto cantante estadounidense Michael Jackson.
En el evento hubo bocadillos, pasteles y refrescos que disfrutaron sus  familiares, maestras y personal administrativo.
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