EL                                  NIÑO QUE MIENTE
El                            niño suele mentir como resultado de un sentimiento de                            frustración.  
Hasta                            los 4 años, el niño suele comportarse con el fin                            de complacer a los padres; de ahí, que el realizar algo                            que se sabe no va a gustar, se omite, no se cuenta.
                            Es alrededor de los 6-7 años, cuando el niño                            ya tiene conciencia de haber mentido y se siente mal                            por ello, aunque no se le haya descubierto. 
Razones                            por las que un niño suele mentir:
- por imitar a los adultos: El niño se da cuenta que los adultos mienten cuando les interesa:
- para complacer a alguien
- para no hacerle daño,... Para el niño esto se va a ir convirtiendo en algo natural, que cree poder utilizar a su conveniencia tal y como ha observado en los demás.
- por predisposición en su personalidad: encontraremos diferentes reacciones según el carácter del niño. Si es tímido o si es un niño con muchos miedos, lo que hará será negar las cosas. El niño exaltado, las exagerará. Precisarán diferente trabajo terapéutico:
- al niño tímido se le estimulará más, se hablará con él para que al "conocer" esas cosas que le producen tanto miedo se sienta con más dominio sobre ellas.- para llamar la atención, pues se siente poco atendido: la mentira más frecuente suele ser el inventar una dolencia (se trata de algo diferente a los trastornos psicosomáticos, pues aquí el niño en realidad no sufre enfermedad alguna). Los padres deberán intentar dar al niño el afecto que reclama y dedicarle más tiempo.
- al niño exaltado se le intentará relajar mediante ejercicios de descarga psicomotriz o mediante alguna actividad deportiva; y se atenderá con detalle a sus fantasías, haciéndole ver que no son más que eso o que sólo una parte de éstas se ajustan verdaderamente al mundo real.
- para evitar un castigo: la mayoría de las mentiras vienen producidas por este miedo. Suele responder a unos padres demasiado rígidos y moralizadores, y a un hijo con miedo de perder el amor de éstos. Es conveniente averiguar qué imagen tienen estos hijos de los padres, pues a veces es muy distinta de la que creemos.
- por vanidad o "chulería": generalmente se produce porque el niño quiere agradar a los padres, sabiendo cuánto valoran éstos las apariencias.
- por no tener la capacidad de distinguir entre lo real y lo imaginario: este caso precisa de psicoterapia, ya que este tipo de niños no tienen conciencia de que están mintiendo; significa que está anclado en fases anteriores de su desarrollo o que está perdiendo contacto con la realidad.
                            De acuerdo a las capacidades evolutivas del niño, es                            conveniente buscar la manera de enseñarle sobre la                            honestidad, a identificar lo real de lo imaginado,...                            y sobre todo, intentar ser un buen ejemplo. 
Se                            felicitará siempre la veracidad de lo explicado, y una                            vez el niño miente , antes que reñirle, es necesario                            averiguar los motivos que le han llevado a mentir.                            
 El robo también suele producirse como resultado de un sentimiento de frustración. Cuando el niño se inicia en esta conducta, fácilmente la convierte en un hábito, pasando de pequeños hurtos en casa a robos cada vez mayores. Algunas de las causas por las que un niño, al que no le falta nada, roba son: - por impulso, actúa sin reflexionar: desea un objeto y su egocentrismo no le deja darse cuenta de que deja a otra persona sin ese objeto.  |                    
|                                  EL                                  NIÑO AGRESIVO  |                            
Las                            primeras conductas consideradas realmente como agresivas                            aparecen entre el 2º y 3er año de vida cuando se                            siente frustrado por no ver cumplidos sus deseos; entonces,                            el niño araña, muerde, pega,...
                            Antes de esta edad, lo que muestra el niño es rabia,                            mediante pataletas y gritos.
                            Es a partir de los 4 años, cuando esta agresividad                            pasa a ser expresada verbalmente.
Esto                            ocurre en el desarrollo normal de todo niño. Lo que                            sucede es que algunos continúan mostrándose agresivos,                            y esto sí que se convierte en una conducta problemática.                            El grado de agresividad, la edad de aparición,                            así como su permanencia en el tiempo hará determinar                            la intervención de un psicólogo infantil que abarque                            el problema desde su globalidad. 
Generalmente,                            tras este comportamiento hay una baja autoestima,                            un ser que lucha por autoafirmarse y/o la expresión                            de un exceso de tensión o angustia que no encuentra                            otra vía de escape. Para unos, la agresión es una forma                            de dominar al grupo y para otros es imitar lo                            que han visto o vivido en casa,...
                            Para lograr algún cambio en dicho comportamiento, habrá                            que incidir directamente sobre las causas que lo originan,                            además de educarle en el control de sí mismo.                            
Al                            hablar de agresividad nos referimos tanto a la agresividad                            física como a la verbal, y tanto a la autoagresividad                            como a la agresividad contra los demás. Tanto el comportamiento                            autodestructivo como el de agresividad contra los demás                            pueden llegar a resultar muy peligrosos; de ahí, que                            no deben ignorarse, ni se puede esperar a que se resuelvan                            por sí solos.
                            AGRESIVIDAD CONTRA LOS DEMAS
                            Cuando un niño se muestra una conducta agresiva contra                            los demás, se le apartará del grupo, provocando                            en él una reflexión, sin reñirle ni culparle,                            y haciendo que continúe su juego sólo hasta que                            decida volver a integrarse al grupo con otra actitud                            más adecuada.
                            Encontramos en este grupo también a los niños que: 
- juegan continuamente con fuego
- dañan a los animales .
Son                            casos que requieren una rápida intervención, pues están                            poniendo en peligro su propia vida y la de los demás.
                            AUTOAGRESIVIDAD (Suicidio, Autolesionarse,...) 
-                            El suicidio es algo poco frecuente en niños                            menores de 10 años; lo es más en las edades cercanas                            a la adolescencia.  
Signos                            preocupantes son:
- el mostrarse "especialmente triste"
- perder interés por las cosas que le rodean
- perder el apetito
- alteraciones del sueño (en exceso o en defecto)
- decir cosas negativas sobre sí mismo
- .....
                            Estos datos deben alertarnos, y hacen necesario buscar                            las causas (hablando con el propio niño).
                         La                            mayoría de los casos requerirán un trabajo más profundo                            por parte de un especialista infantil, e intervenir                            de forma rápida mediante un tratamiento
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