Es una manera de ahorrar, de media,  cinco o seis sustos diarios. «Se ruega a los padres del niño de pelo  corto y rubio con ojos verdes de nombre… que viste bañador azul y  chanclas azules, que pasen por la caseta de socorristas para recoger a  su hijo». Esta es una llamada que suena con frecuencia en los altavoces  de todas las playas por doquier. No importa donde nos hallemos, da igual  el lugar en el que echemos la toalla para tomar el sol, siempre se  escucha este toque porque hay padres o cuidadores que se despistan y  pequeños que se pierden caminando por la fina arena de la cala. No hace  falta más que un menor con un cubito y una pala buscando un poco de agua  para su castillo de arena. Se va a la orilla pero tan pronto quiere  subir, aparece el problema de la orientación, y buscando a sus papás o  custodios acaba en la otra esquina de la ensenada en medio de una  multitud desconocida y brillante con olor a aceite de monoi bajo la  lechosa y ardiente luz del sol.
Es la imagen de un infante perdido y asustado y de unos  tutores legales agobiados al descubrir que el chiquillo no está donde  pensaban. Se podrían hacer muchas lecturas del tema, pero sin entrar en  matices y dado que es una situación conocida por todos y en este caso  concreto por la Policía Local de Vigo, los responsables de seguridad  ciudadana decidieron poner en marcha el sistema de pulseras para los  nenes en las que figuren sus datos de forma que se conozcan una vez que  sus progenitores o las personas que los tienen a su cargo se distraen y  los críos se extravían.
Carmelo del Castillo, jefe de la Policía Local de Vigo,  presentó ayer esta novedad explicando que, según los datos que maneja  Cruz Roja, «cada día se pierden entre cinco y diez niños en las playas  de Vigo», dato al que se unen las ochenta intervenciones llevadas a cabo  en el pasado verano por los servicios de Costa y Playa de la Policía  Local de la ciudad olívica.Tanto la Policía Local como la Cruz Roja han  puesto a disposición de los ciudadanos estas pulseras —que no se  desprenden una vez que han sido cerradas— en las que se escriben con un  rotulador permanente los datos del niño y un número de teléfono de  contacto de los padres, para poder llamarlos en caso de que el pequeño  se pierda por la playa.
«Se ponen muy nerviosos»
  Por el momento, los interesados pueden  solicitar estas pulseras a los agentes policiales de Costa y en los  puestos de Cruz Roja y Policía Local en las playas de Samil, Los Olmos y  Alcabre. Del Castillo recordó que los niños que se pierden por las  playas «se ponen muy nerviosos mientras no se localiza a sus padres».
En muchas ocasiones, para tranquilizar a los niños los  propios agentes les compran un refresco o un helado que pagan de su  propio bolsillo por no disponer de fondos para este tipo de situaciones.
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