Podríamos mencionar muchos hechos y evidencias de los grandes cambios que se están produciendo en el globo terráqueo, pero
 ahora prefiero hablarle de un tema insólito y apasionante, que suele 
pasar desapercibido y que también está relacionado con el futuro de 
nuestro mundo: Los niños de la nueva era, aquellos que están naciendo en
 los últimos años. 
Estos son niños muy especiales y diferentes a los de anteriores 
generaciones. Ginecólogos, matronas y demás profesionales que asisten a 
las mujeres en el momento del parto, afirman que en los últimos años los
 niños nacen con los ojos abiertos, a diferencia de los antiguos 
nacimientos en que los infantes nacían con los ojos cerrados y 
permanecían así varios días. Esto es una demostración de que estos niños
 son más avanzados.
En otro ámbito, podemos escuchar a muchas personas decir de niños 
cercanos o de su familia aquello de “¡Este niño cómo habla, parece un 
viejo!”. Muchos niños hablan como un adulto y con una gran sabiduría. 
Yo mismo, en mi labor de investigador, psicólogo y psicoterapeuta, he 
podido constatar desde hace unos años que efectivamente estos niños de 
ahora son mucho más despiertos, inteligentes y sabios, así como más 
amorosos y compasivos.
Los niños de ahora, tan especiales, son conocidos por diferentes nombres:
- Superdotados o de Altas Capacidades, puesto que muchos de los obtienen un coeficiente de inteligencia (CI) de más de 130.
 - Índigo, Cristal, Arcoiris y Diamante, en referencia al color de su campo electromagnético o aura.
 - Estrella, por ser niños más conectados con la dimensión elevada del ser humano, según las investigaciones de Georg Kuhlewind, profesor de la Universidad de Budapest.
 - De la Nueva Generación o Generación Tercer Milenio(GTM), , atendiendo al hecho de que son los infantes que están naciendo en los últimos años.
 - De Alta Sensibilidad, en diferentes niveles (físico, emocional, psíquico, social...). Tema que está siendo estudiado por diversos psicólogos de distintos países.
 - De Hemisferio Derecho, porque muestran un gran desarrollo de su hemisferio derecho del cerebro, mucho más que las anteriores generaciones. Esta es una denominación acuñada por mí mismo.
 
Para hacernos una idea más precisa, deseo explicar ahora que estos 
niños de hoy poseen una serie de características que, en general, son 
las siguientes: son distraídos o demasiado inquietos en clase, utilizan 
un lenguaje muy desarrollado para su edad, tienen percepciones 
extrasensoriales, poseen miradas muy profundas y sabias, presentan un 
alto grado de sensibilidad, tienen mucha energía y vitalidad, aprenden 
muy rápido, manejan los ordenadores y la tecnología punta desde bien 
pequeños, muestran mucho interés por temas profundos (como la muerte o 
Dios, por ejemplo), adoran la naturaleza, pueden hacer dos o tres 
actividades a la vez, muestran una curiosidad insaciable (siempre 
preguntan el por qué de las cosas), son nobles e íntegros, tienen mucha 
imaginación y creatividad, son muy intuitivos, y tienen una visión más 
global de las situaciones.
Es muy interesante la aportación del antropólogo e investigador John 
White, miembro de la Asociación Antropológica Americana (American 
Anthropological Association), que afirma que: “Se está perfilando una 
nueva humanidad que se caracteriza por una psicología ya modificada, 
basada en la expresión del sentimiento y no en su represión. Esto se 
traduce en: una motivación solidaria y amorosa, no competitiva y 
agresiva; una lógica multinivel-integrada, no lineal-secuencial; un 
sentido de identidad inclusiva-colectiva, no aislada-individual; y 
capacidades psíquicas utilizadas con propósitos benevolentes y éticos, 
no dañinos ni inmorales.” 
Este investigador concluye que se está produciendo un gran giro de la 
humanidad en su conjunto, lo cual dará lugar a la aparición del  que constituye el siguiente escalón en la evolución humana.
Esta apreciación me recuerda lo que postulaba mi amigo Colin Bloy, 
investigador incansable de origen británico, ya fallecido, cuando 
mencionaba aquello de que nos encontramos en la transición del Homo 
Sapiens al Homo Amans. 
Desde luego que vamos a convertirnos en Seres Humanos Amorosos 
superando al Humano Racional, de eso no me cabe la menor duda, se trata 
del siguiente paso en la evolución del hombre.
En la misma línea se expresa Georg Kühlewind, profesor de química-física
 de la Universidad de Budapest e investigador de los nuevos niños, a los
 que llamó Niños Estrella por la importante conexión que tienen con la 
dimensión transcendente o elevada del ser humano. Afirma que: “Desde 
hace unos veinte años nacen más y más niños que en su ser y su 
comportamiento se apartan de aquellos a los que están acostumbrados 
padres y pedagogos. Una nueva generación de almas entra en la tierra...,
 niños que traen una gran madurez, que están descontentos con el mundo 
de los adultos y que, con un poderoso impulso espiritual, quieren 
transformar este mundo. Este es el suceso más importante en los tiempos 
actuales.” Bellas palabras, Georg.
El Doctor Abad Merchán, director regional de Programas Culturales del 
Museo del Banco Central de Ecuador, una eminencia en antropología y 
sociología, resaltó que estamos viviendo un momento único y muy especial
 en términos de aceleración evolutiva de la humanidad. Y expresa que 
“Hay que reconocer que la presencia de los nuevos niños/as, llamados 
talentosos u otros, representa el símbolo en vida de un cambio 
trascendental de la humanidad actual, sólo comparable con los grandes 
hitos históricos de adaptación a lo largo del llamado ascenso del ser 
humano, tales como el fuego, la agricultura o la revolución industrial. 
Pero el cambio actual no incluye solamente el mundo físico y externo, 
sino principalmente interno, a través de la modificación de la 
Conciencia... 
"Desde el punto de vista sociológico, el siglo XX es visto como un 
espacio de tiempo con una aceleración de la historia de la humanidad. 
Somos testigos y protagonistas de los grandes cambios 
socio-antropológicos y sobre todo emocionales-espirituales. El cambio 
del corazón puede ser más rápido que cualquier otro. No existe otra 
opción de cambio, ahora, que esa. El cambio va a ser espiritual, 
empezando por la transformación personal de cada uno. Lo que hubiera 
tomado muchos siglos, con esta aceleración histórica y con el 
aparecimiento de estos nuevos niños/as, altamente empáticos y 
talentosos, lo vamos a presenciar en tan sólo un par de décadas.”
Hace unos pocos años, cuando me hallaba conduciendo mi automóvil en 
compañía de mi hijo Daniel, de 9 años de edad en ese momento, éste me 
declaró, de manera espontánea y sin tener relación con la conversación 
que estábamos manteniendo (pues hablábamos de asuntos de su colegio), lo
 siguiente: “Yo quiero un mundo donde haya gente que no se pelee, en el 
que todos seamos iguales, seamos felices, en el que nadie se maltrate y 
que nadie abuse de nadie, que nadie juzgue a las personas por cómo son, y
 que haya amor”. 
Me quedé estupefacto y maravillado por tener una muestra, una vez más, de lo muy  conectados e inspirados que son estos niños. y de la hermosa conciencia global que ellos poseen de forma innata.
No me cabe ninguna duda de que nuestra sociedad necesita el 
desarrollo de las cualidades del hemisferio derecho cerebral y los niños
 de hoy ya lo traen incorporado. Hemos funcionado mucho con el 
hemisferio izquierdo, el lado racional, y ahora nos corresponde cultivar
 y activar la parte intuitiva, interna, creativa, artística, global,  espiritual, emocional, amorosa. Sólo de esta manera conseguiremos una sociedad armónica, próspera y alegre.
Nuestro Planeta Azul está cambiando para llegar a ser  un Mundo de Unidad Paz, y Amor.Los
 niños de hoy son una muestra sorprendente de este cambio. Ellos 
ayudarán a transformar el mundo; es responsabilidad de todos 
comprenderlos, atenderlos y apoyarlos ¡Ahora! ¡Unidos podemos, avancemos
 con fuerza e ilusión!
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