Es común
observar en nuestra cultura que a los niños se les ofrece infusiones de
mate, té o café; solos o mezclados con leche. Estas bebidas
(té-mate-café) no son aptas para los más pequeños.
Se les suele adjudicar algún efecto beneficioso para su salud o bienestar (para tener algo "calentito" en el estómago, darle color a la leche o mejorar su sabor, para la indigestión, diarrea, etc.).
La mayoría de los padres, docentes y adultos cuidadores desconoce que estas infusiones no son recomendables para los niños, sobre todo los más pequeños. Lo real es que lejos de aportar algún beneficio pueden ser perjudiciales para ellos porque:
- Contienen sustancias que disminuyen el aprovechamiento del hierro, porque bloquean la absorción en el intestino (taninos y polifenoles).
- Contienen sustancias estimulantes y excitadoras del sistema nervioso (xantinas).
- Suelen ser irritantes del estómago.
Los "tés de yuyos" (payco, anís estrellado, anís en grano, hinojo, boldo, manzanilla, borraja, eucaliptus, tilo, yerba de pollo, ruda, menta, poleo, cedrón, pasionaria, ajo, etc) pueden provocar intoxicaciones graves por lo que no deben ser ofrecidos a los niños en ninguna circunstancia.
En nuestra población infantil la incidencia de anemia por carencia de Hierro está muy extendida y una de las causas habituales que la generan, además de las carencias económicas, son los hábitos alimentarios inadecuados (no comer carnes, consumir jugos o bebidas industriales y tomar mate, té o café).
En la actualidad los niños son expuestos en forma desmedida a estímulos que los excitan más de lo conveniente (conflictos familiares y sociales agravados por causas económicas, violencia y TV, múltiples exigencias de actividades y horarios ocupados con escaso tiempo libre para el juego y ocio creativo) a eso se le suma la costumbre de ofrecerles mate, té o café que, lejos de reconfortarlos, los excitan aún más durante el día y les dificultan la conciliación del sueño a la noche.
En las escuelas y jardines tanto públicos como privados, las autoridades deben asesorarse convenientemente con especialistas en nutrición infantil antes de ofrecerle alimentos y líquidos a los niños a riesgo de no cuidar adecuadamente su salud.
El vaso de leche no debe ser reemplazado por uno de mate cocido, té o café. Nada lo justifica, siendo además bebidas carentes de nutrientes.
Si hace frío es conveniente mantener el ambiente confortable y abrigar al niño cuando sale.
Si rechaza la leche simplemente es porque no tiene hambre y se le deberá ofrecer agua, si tiene sed, hasta que vuelva su apetito.
Se les suele adjudicar algún efecto beneficioso para su salud o bienestar (para tener algo "calentito" en el estómago, darle color a la leche o mejorar su sabor, para la indigestión, diarrea, etc.).
La mayoría de los padres, docentes y adultos cuidadores desconoce que estas infusiones no son recomendables para los niños, sobre todo los más pequeños. Lo real es que lejos de aportar algún beneficio pueden ser perjudiciales para ellos porque:
- Contienen sustancias que disminuyen el aprovechamiento del hierro, porque bloquean la absorción en el intestino (taninos y polifenoles).
- Contienen sustancias estimulantes y excitadoras del sistema nervioso (xantinas).
- Suelen ser irritantes del estómago.
Los "tés de yuyos" (payco, anís estrellado, anís en grano, hinojo, boldo, manzanilla, borraja, eucaliptus, tilo, yerba de pollo, ruda, menta, poleo, cedrón, pasionaria, ajo, etc) pueden provocar intoxicaciones graves por lo que no deben ser ofrecidos a los niños en ninguna circunstancia.
En nuestra población infantil la incidencia de anemia por carencia de Hierro está muy extendida y una de las causas habituales que la generan, además de las carencias económicas, son los hábitos alimentarios inadecuados (no comer carnes, consumir jugos o bebidas industriales y tomar mate, té o café).
En la actualidad los niños son expuestos en forma desmedida a estímulos que los excitan más de lo conveniente (conflictos familiares y sociales agravados por causas económicas, violencia y TV, múltiples exigencias de actividades y horarios ocupados con escaso tiempo libre para el juego y ocio creativo) a eso se le suma la costumbre de ofrecerles mate, té o café que, lejos de reconfortarlos, los excitan aún más durante el día y les dificultan la conciliación del sueño a la noche.
En las escuelas y jardines tanto públicos como privados, las autoridades deben asesorarse convenientemente con especialistas en nutrición infantil antes de ofrecerle alimentos y líquidos a los niños a riesgo de no cuidar adecuadamente su salud.
El vaso de leche no debe ser reemplazado por uno de mate cocido, té o café. Nada lo justifica, siendo además bebidas carentes de nutrientes.
Si hace frío es conveniente mantener el ambiente confortable y abrigar al niño cuando sale.
Si rechaza la leche simplemente es porque no tiene hambre y se le deberá ofrecer agua, si tiene sed, hasta que vuelva su apetito.
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