1. Darle palmadas,
cachetadas o cualquier golpe, por más leve que este sea: No hay motivo
para agredir físicamente a un niño. Algunos padres utilizan las palmadas
para corregir a sus hijos, creyendo, muchas veces que eso no hace daño;
sin embargo, basta con ponerse en el lugar del niño ¿Cómo se sentiría
ud. si comete un error y su esposo o esposa lo/la trata de corregir
dándole un palmaso? ¿Acaso no se sentiría ridículo o humillado? Ahora,
imagínese a su hijo ¿Cómo cree que se siente cada vez que es "corregido"
a través de las palmadas?
2. Avergonzarlo o humillarlo con frases como: "Uy mira, estás llorando y todos te están mirando. La gente va a decir que eres un llorón". "Aj, te hiciste pila en el pantalón".
3. Gritarle: A nadie le gusta que le levanten la voz. Acuérdese cómo se sintió cuando alguien le levantó la voz; Pregúntese si su conducta mejoró, si hizo lo que la persona que le gritó quería, o si se rebeló e hizo todo lo contrario. De la misma forma se siente y reacciona su hijo ante un grito suyo.
4. Culparlo por tus frustraciones: "¡Mira lo que estás haciendo!" "Por tu culpa, ya me molesté", "Por tu culpa, vamos a llegar tarde".
5. Amenazarlo con frases que no vas a cumplir: "Si te demoras en cambiarte, entonces no irás al cumpleaños" (Aunque sabes que de todas maneras irá al cumpleaños"
6. Hablar del niño delante de él: Si tenemos que hablar de el niño, procura que no haya ningún otro niño y mucho menos, él mismo. Solemos pensar que los niños no se dan cuenta de lo que los adultos están hablando, pero en realidad, los niños captan todo lo que sucede a su alrededor. En todo caso, deberás utilizar otro nombre.
7. Etiquetarlo: Cuando le decimos frases como "Eres un mal niño", "Que malcriado eres", etc. el niño empieza a interiorizar esas frases como ciertas y crece con una autoimagen negativa, creyendo que realmente es un mal niño o un malcriado.
2. Avergonzarlo o humillarlo con frases como: "Uy mira, estás llorando y todos te están mirando. La gente va a decir que eres un llorón". "Aj, te hiciste pila en el pantalón".
3. Gritarle: A nadie le gusta que le levanten la voz. Acuérdese cómo se sintió cuando alguien le levantó la voz; Pregúntese si su conducta mejoró, si hizo lo que la persona que le gritó quería, o si se rebeló e hizo todo lo contrario. De la misma forma se siente y reacciona su hijo ante un grito suyo.
4. Culparlo por tus frustraciones: "¡Mira lo que estás haciendo!" "Por tu culpa, ya me molesté", "Por tu culpa, vamos a llegar tarde".
5. Amenazarlo con frases que no vas a cumplir: "Si te demoras en cambiarte, entonces no irás al cumpleaños" (Aunque sabes que de todas maneras irá al cumpleaños"
6. Hablar del niño delante de él: Si tenemos que hablar de el niño, procura que no haya ningún otro niño y mucho menos, él mismo. Solemos pensar que los niños no se dan cuenta de lo que los adultos están hablando, pero en realidad, los niños captan todo lo que sucede a su alrededor. En todo caso, deberás utilizar otro nombre.
7. Etiquetarlo: Cuando le decimos frases como "Eres un mal niño", "Que malcriado eres", etc. el niño empieza a interiorizar esas frases como ciertas y crece con una autoimagen negativa, creyendo que realmente es un mal niño o un malcriado.
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