martes, 13 de marzo de 2012

ADOLESCENTES,ACNE

Los brotes suelen desencadenarse sobre todo durante la adolescencia, pero los especialistas destacan que es mucho lo que puede hacerse para disminuir el impacto y la proliferación de granitos y puntos negros. El tratamiento debe comenzar después del verano, por lo que durante estos meses es fundamental cuidar y humectar la piel para evitar la aparición de marcas.
El acné es, en líneas generales, una patología leve que suele afectar a todas las personas en menor o mayor medida en algún momento de sus vidas.

Sin embargo, debido a que suele aparecer durante la adolescencia, puede condicionar notablemente la vida social e inclusive llegar a desencadenar trastornos como cierta depresión, fobia social o ansiedad, principalmente porque ataca el autoestima en una edad en la cual es fundamental sentir confianza en uno mismo.

Por eso, los especialistas hacen hincapié en la importancia de, primero, consultar al especialista para luego poder comenzar un tratamiento que está compuesto por múltiples opciones que ayudan a contrarrestar el impacto del acné.

Por lo general, el primer paso es la realización de una limpieza de cutis que se desarrolla en el consultorio, pero que debe ir acompañado por el seguimiento domiciliario. 

Cabe destacar que todos estos tratamientos deben comenzar a realizarse en la temporada de frío, por lo cual es importante conocer sobre su disponibilidad en este momento del año, porque en el verano hay que cuidar la piel muy especialmente debido al impacto que generan el sol, el agua de mar, el viento y la arena.


“Lo fundamental es practicar una buena higiene, evitando los jabones bactericidas porque disminuyen la barrera protectora natural que tiene la piel. Lo que hay que utilizar es un jabón normal con una esponja para barrer la capa que se endurece en la extremidad de los folículos, que es lo que impide que el sebo ‘salga’ naturalmente. También pueden ponerse en marcha alternativas tópicas, complementadas o no con la medicación de vía oral”, expuso por su parte la doctora Irene Bermejo, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y directora de la Clínica que lleva su nombre.

Las limpiezas de cutis periódicas, entonces, facilitan la buena evolución del acné, ya que con ellas el cuerpo elimina impurezas. Además, favorecen que el número de lesiones disminuya hasta que cese el proceso del acné, que puede durar hasta 10 años.

Los diferentes tipos de acné y a quiénes afectan
Por lo general, en el consultorio se reciben consultas de mujeres y hombres, pero sobre todo chicas y chicos de entre 12 y 15 años que llegan para encontrar una respuesta al cuadro denominada como acné vulgar o “del adolescente”.

No obstante, existe otro tipo de acné muy frecuente entre las mujeres y los hombres de más de 40 años y hasta 60. Se trata del acné de la rosácea, que en determinados momentos tiene exacerbaciones.

En caso del acné vulgar, éste suele estar precedido por la formación y aparición de comedones (puntos negros), espinillas, y bultos rojos en la piel (pápulas, pústulas, quistes).

Habitualmente afecta a los adolescentes en la zona de la frente, las patillas, los pómulos y el cuello. En muchas oportunidades también afecta el pecho, la espalda, los hombros y, en menor medida, los brazos. En cambio, el acné del adulto generalmente se observa únicamente en la cara (frente, nariz y pómulos).

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