No sé si mi hija cree o no en las hadas, pero le encantan. Como buena fan de Playhouse Disney, le gusta disfrutar los cortos de Campanilla y sus amigas. Aprovechando esa fascinación por los mágicos y alados seres, estoy aplicando una estrategia que me sugirió una amiga, hace ya varios meses, para motivar a Montse a que deje poco a poco el chupete.
Se trata de decorar una cajita reciclada con motivos alegres y bautizarla como «la caja de las hadas». La idea es convencer a los niños para que guarden el chupete en esa caja porque, de este modo, las hadas se lo llevarán a su mundo mágico para cuidarlo hasta que llegue la hora de dormir. En cuanto el peque deje el chupón, uno de los padres o abuelos deberá cogerlo de la caja sin que el niño se de cuenta para guardalo en otro sitio.
Cuando el peque se acerque a la cajita para buscar su preciado tesoro y no lo encuentre, tu podrás exculparte diciendo que lo tienen las hadas y que no puedes hacer nada para recuperarlo, hasta la hora pactada. Esta estrategia le ha funcionado muy bien a varias seguidoras del blog. Pero es muy importante que no olvides volver a colocar el chupete en la caja por la noche para que el niño no se sienta traicionado. De esta forma, irá prescindiendo del chupete poco a poco.
Montse lo pide cada vez menos. Su maestra me cuenta que en el cole no lo pide para nada. En casa le gusta tenerlo en la boca cuando ve la televisión y, por supuesto, cuando se dispone a dormir. Durante mi embarazo tenía claro que no quería que mi hija usara chupón. Pero en su primera semana de vida, la nena empezó a llevarse los deditos a la boca y, tras consultarlo con la matrona, me dijo: «Piensa que el chupete se lo puedes quitar tarde o temprano, pero los dedos los tendrá cerca toda la vida». Fue entonces cuando cambié de opinión.
En estos días le estoy contando sobre las hadas y ella me escucha con atención. Este viernes la caja estará lista para que ella guarde voluntariamente el chupete que, use o no, le gusta llevar a todas partes.
Sugerencias para primerizas: Dejando a un lado la eterna polémica sobre si es o no recomendable el uso del chupete, a las madres que opten por usarlo les sugiero que tengan siempre uno de respuesto a la mano. Y es que no han sido pocas las noches que tuve que darle la vuelta a la casa para buscar un chupón extraviado mientras la pequeña lloraba desconsoladamente en su cuna. Más vale prevenir.
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