Dislalias: Mi hijo pronuncia mal, no articula bien.
Con este enunciado empiezo una serie de artículos donde hablaré
sobre los trastornos del habla y del lenguaje más habituales en los
niños.
Hoy me centraré en las dificultades de articulación o dislalias ya que éstas son muy frecuentes y comunes en los niños pequeños y, pueden deberse a diferentes causas.
En este artículo hago una pequeña aproximación al concepto de
dislalia, qué es, cuáles son sus causas, cómo identificarlas y como se
tratan. En los próximos días iré explicando con más detalle los tipos de
errores más comunes, cómo se tratan y qué tipo de ejercicios podemos
hacer en casa.
¿Pero qué es la dislalia?
La dislalia es un trastorno en el aprendizaje del habla del niño
que consiste en la dificultad o incapacidad de articular uno o más
fonemas o sonidos concretos de la lengua de forma regular.
Dentro del gran abanico de los trastornos del lenguaje, una de las problemáticas más frecuentes y con mejor pronóstico, es la dislalia o los trastornos en la articulación del lenguaje.
La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal, pero las más frecuentes se dan con los fonemas "r", "c", "s" y "z" y también con las combinaciones "br-bl", "cr-cl".
Según sus causas se clasifican en:
1. Dislalias evolutivas . Son aquellos defectos de
pronunciación o articulación que forman parte del proceso normal del
desarrollo del habla de nuestro hijo.
2. Dislaias funcionales. S e deben A una función anómala de los órganos que intervienen en la articulación (labios, lengua, ...) .
3. D islalias audiógenas. Se trata de dificultades articulatorias debidas a una audición defectuosa.
4. Dislalias orgánicas .
Pueden ser debidas a un trastorno neurológico (disartrias) o a una
anomalía en los órganos implicados en el lenguage (disglosias).
Todas ellas, sea cual sea la causa, producen una mala articulación del lenguaje oral.
¿Cómo identificarlas y cuando preocuparnos?
Es posible que hayamos notado en los últimos días que nuestro
hijo no articula bien algunos sonidos del habla, que confunda unos con
otros o que los omita directamente y, lógicamente, nos hemos empezado a
preocupar. En principio este tipo de dificultades articulatorias son
comunes en niños de 2 a 5 años.
Tal y como comentaba al principio del artículo, cuando hablaba de
las dislalias evolutivas, en el proceso de aprendizaje del habla es
habitual que los niños cometan errores, sustituciones u omisiones de
fonemas. Dentro de una evolución normal de maduración del niño estas
dificultades se van superando poco a poco.
¿Cómo se tratan?
Es preciso acudir al especialista, consultar con el pediatra o
hablar con la escuela, si observamos que nuestro hijo presenta algún
tipo de dificultad articulatoria cuando habla. Si esta dificultad persiste
en el tiempo y no se corrige más allá de los 4 o 5 años se considera
que este problema articulatorio, la dislalia, es patológico y por tanto
debe ser tratado.
La Dislalia evolutiva no requiere de un
tratamiento directo, ya que como vamos viendo, se trata de un proceso
normal, pero sí debemos estar atentos y hablar a nuestro hijo de una
forma clara y adulta, sin imitar los defectos que produce ni tomarlos
como una gracia, ya que podríamos estar reforzando esta pronunciación
defectuosa e impedir su correcta evolución.
El tratamiento de la dislalia funcional consiste en
entrenar y ejercitar los movimientos de los órganos articulatorios
(lengua, labios, ...) para que el niño logre la habilidad para poder
pronunciar el fonema alterado.
En caso de existir causas orgánicas (frenillo lingual o labial) debemos acudir al médico especialista.
Fuente consultada: La dislalia. naturaleza, diagnóstico y rehabilitación. Pilar Pascual García. Ed. CEPE.
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