Educar en valores. La amabilidad
Cómo los niños pueden aprender a ser amables
Ser amable
significa ser digno de ser amado, ser cariñoso, afectuoso, gentil,
cortés, agradable, servicial, afable, incluso gracioso y risueño.
Cualidades todas ellas que deben ser formadas en los niños desde la más
temprana edad. Ser amable también es ser atento, brindar atención y respeto sobre todo a los menos aptos, desvalidos, y necesitados.
La amabilidad no nace con el niño, éste es impulsivo por naturaleza, y
a ser amable y cortés se aprende en las más diversas actividades de la
vida cotidiana. Los niños asimilan las normas del comportamiento social en la medida que los adultos los entrenan y enseñan a comportarse de acuerdo con esas normas.
La amabilidad implica a su vez la igualdad, el tratamiento por igual a
niños y niñas, y la delicada cortesía de unos a otros, por lo que han
de aprender a ser corteses con todos los compañeros y compañeras, y ayudarles en todo momento.
Aprender a ser amable
El juego de roles, en el que es posible modelar las más diversas
situaciones en las que esté implícito el ser amable y cortés, es una de
las vías más importantes para que los niños interioricen este valor.
Pero no hay nada más efectivo que el ejemplo del adulto para enseñar las
normas de la amabilidad; por eso los padres deben ser modelos a imitar
de estas cualidades.
Cuándo puede el niño puede aprender a ser amable
- Cuidando de su cuerpo y de su imagen Lavándose las manos antes de comer, cepillando los dientes después de cada comida, alimentándose bien, etc.
- Considerando a los demás el otro. Saludando a las
personas conocidas, demostrando afecto a los compañeros de la escuela y a
los amigos, llevando algún regalo a la profesora, compartiendo su
material escolar, jugando sin peleas con sus compañeros, dando de comer a
su mascota, agradeciendo a su madre por la deliciosa comida,
acompañando a sus padres a la compra, ofreciendo ayuda cuando alguien la
necesita.
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