miércoles, 23 de enero de 2013

ESTOS PEQUES


Todos aquellos viedeojuegos que tienen como principal objetivo emitir una publicidad que estimule a los niños a elegir comidas saludables como  frutas y verduras  no tienen aparentemente ningún efecto sobre la infancia según ha podido determinar un reciente estudio desarrollado en Holanda, que ha comprobado que luego de jugarlos no aumenta en ellos la necesidad ni el deseo de reemplazar la comida chatarra por alimentos naturales y saludables.
Estudios previos parecían haber determinado que los videojuegos que publicitan estilos de vida saludables eran realmente efectivos, y que los niños luego de usarlos cambiaban notablemente sus maneras de manejarse en cuanto a la alimentación, pero los autores de este estudio descubrieron que tal cosa no ocurre y que los snacks siguen siendo los favoritos de los niños tanto antes como luego del juego.
Al respecto, Frans Folkvord, el autor general del trabajo de investigación, señala:

“El juego induce hambre y a los niños les gustan los snacks (altamente calóricos) más que las frutas, entonces optan por esos productos”…”a partir de estos resultados, los padres deberían tomar precauciones por el efecto de esos juegos online, aun cuando piensen que promueven la alimentación saludable”.
Lo cierto es que es valioso destacar que los niños pueden estar siendo víctimas de un uso comercial por parte de las principales marcas ya que las cadenas de  comida chatarra, de jugos envasados o de cereales son algunas de las corporaciones que ofrecen este tipo de juegos en internet destinado de forma prácticamente exclusiva a un público infantil.
Durante el estudio se reunió a un total de 201 niños pertenecientes a escuelas primarias y se los dividió en tres grupos, cada uno de los grupos usó diferentes tipo de videojuegos para evaluar su memoria, en uno se promovían las frutas, en otro un caramelo y en el tercero se promovía un juguete. Se tuvo en cuenta otro grupo formado por 69 niños que no jugó con ningún juego y se tomó como grupo de control.
Se pudo comprobar de forma concreta que los niños que habían jugado con los juegos que promocionaban los alimentos habían consumido una cantidad mayor de calorías que aquellos que habían jugado con otro tipo de juegos o con ninguno. Los expertos indican que aparentemente este tipo de publijuegos hace que los niños sientan grandes deseos de comer y no cosas sanas, sino aquello que siempre les ha gustado sin importar que sus juegos promovieran el consumo de frutas.

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