Organizarse paso a paso
Buscar libros a último momento, salir corriendo a comprar papel, hacer las tareas el domingo por la noche a las apuradas, faltar a clases: todos estos desórdenes son los peores enemigos del estudio de tu hijo. Por eso, enseñarle a que se organice antes del es fundamental para que saque buenas notas. De acuerdo con una encuesta encabezada por la especialista en educación Stacy DeBroff, presidenta y fundadora de un sitio de guía para madres, más de la mitad de los padres sienten que no pueden ayudar a sus hijos a organizarse para la escuela: se sienten superados por una tarea que, en realidad, es bastante simple. "Ahora es el momento perfecto para que los padres les enseñen a ser organizados para aprender", dice DeBroff. "Sólo hace falta un poco de preparación".
¿Qué no tienes tiempo? Pues no hace falta demasiado: después de tu trabajo puedes dedicar unos minutos a ayudar a los chicos. Sigue estos pasos y recuerda que lo que les enseñes ahora les quedará para toda su vida.:
Asegúrate de que tenga materiales escolares . Vete de compras con él y no olvides poner en la cesta un buen cúmulo de papel. Que tenga papel blanco y cuadernos para todo el año. Si sales corriendo a comprar cosas a mitad de clases, le estarás dando una imagen de caos que no te conviene.
Decora su habitación para que pueda estudiar. Una buena idea es que tenga su propio escritorio. En él debe haber un porta lápices, una pizarra y una resma de papel. Haz una estantería o biblioteca para que ponga y encuentre fácilmente sus libros. No dejes que los tenga tirados por las mesas o en la cama.
Explícale para qué sirven las pizarras. Dile que allí anotará todas las tareas pendientes que tenga para la semana.
Enséñale a priorizar: nunca dejes que llegue y se vaya a ver televisión o a jugar. Tiene que comprender que debe dedicarle la primera hora a las tareas, siempre en el mismo momento del día, así se libera para más tarde y puede hacer lo que quiera.
Asegúrate de que tenga los libros que necesita. Cuando llegue de la escuela, debe tener los textos escolares necesarios para estudiar. Pedirlos prestados a último momento sólo hará que tu niño perciba caos y falta de planificación.
Desarrolla un plan. Antes del regreso a clases habla con el maestro y arma un organigrama: te tomará solo una hora. Así podrás seguir de cerca sus tareas.
No lo atosigues, pero no lo dejes solo. Cuando comience a hacer tareas en el tiempo diario previsto, intenta estar cerca para que te pregunte lo que sea. Pero no estés encima. Debes dejar que tome confianza en sí mismo y que sepa que sólo puede resolver las cosas.
Quita el televisor de la habitación. Es importante que tu hijo sepa que hay un sitio para ver televisión y otro para estudiar. No pongas un aparato en su cuarto, ni permitas que haga tareas mientras mira programas.
No dejes todo librado a la tecnología. La computadora e Internet pueden servir para buscar contenidos, pero no dejes que saque todo de allí. Enséñale a buscar en libros, a marcar las páginas y a buscar en el papel. Esto lo ayudará a memorizar lo que estudia.
Pídele orden. Antes de que salga a jugar, dile que debe dejar ordenados los materiales. Los libros en la biblioteca, el papel en el escritorio y los lápices guardados. Debe sentir que terminó completamente la tarea antes de pasar a otra cosa.
Hazle de rutinas. La rutina puede parecer aburrida, pero en la educación hace maravillas. No hagas planes durante la semana que alteren su ritmo de estudio. Ya verás que si tiene una rutina, con media hora diaria estará completamente al día con las tareas.
Si quieres que él se ordene, no se lo digas con mala cara: la regla número uno para que un chico encare bien el estudio es que lo haga con alegría. "Mi consejo número uno para los padres es ser positivos", dice Ron Clark, maestro, fundador de una academia de estudios y autor de varios libros sobre educación.
No tenemos que olvidar que nosotros somos los que damos el ánimo con el que retomarán las clases", afirma Clark. Por eso, no te lo tomes como una tarea maratónica. Más bien, llévalo a comprar los materiales y enséñale a ordenarlos como si se tratara de un juego. Déjalo que elija, que se entusiasme con los cuadernos, que te pida. Es importante que te comprometas con su estudio. No vayas a la escuela cinco minutos antes, o sólo cuando te llaman a reuniones, porque entonces no sabrás si tu hijo está cumpliendo con el plan anual. Una buena idea es ir a hablar con los maestros para saber qué les enseñarán de aquí a fin de año: si toca la Guerra Civil, alquílale películas sobre el tema, si le explicarán las fracciones, inventa algún juego con el que pueda practicarlas. Según Clark, puede que el maestro no te guste, pero nunca debes hablar mal de él delante de tu hijo, porque entonces no se tomará el estudio en serio. "Si hablas mal, tu hijo no lo respetará y la situación se tornará cada vez peor", explica. Además de inculcarle alegría y respeto por el maestro como primeros pasos, tienes que lograr que el niño comprenda que la educación es su compromiso principal. Nunca lo dejes ausentarse o hagas que falte para otras citas como cortarse el pelo o ir a visitar a algún pariente. "Si haces eso", explica Clark, "estás enviando mensajes contradictorios".
¿Qué no tienes tiempo? Pues no hace falta demasiado: después de tu trabajo puedes dedicar unos minutos a ayudar a los chicos. Sigue estos pasos y recuerda que lo que les enseñes ahora les quedará para toda su vida.:
Asegúrate de que tenga materiales escolares . Vete de compras con él y no olvides poner en la cesta un buen cúmulo de papel. Que tenga papel blanco y cuadernos para todo el año. Si sales corriendo a comprar cosas a mitad de clases, le estarás dando una imagen de caos que no te conviene.
Decora su habitación para que pueda estudiar. Una buena idea es que tenga su propio escritorio. En él debe haber un porta lápices, una pizarra y una resma de papel. Haz una estantería o biblioteca para que ponga y encuentre fácilmente sus libros. No dejes que los tenga tirados por las mesas o en la cama.
Explícale para qué sirven las pizarras. Dile que allí anotará todas las tareas pendientes que tenga para la semana.
Enséñale a priorizar: nunca dejes que llegue y se vaya a ver televisión o a jugar. Tiene que comprender que debe dedicarle la primera hora a las tareas, siempre en el mismo momento del día, así se libera para más tarde y puede hacer lo que quiera.
Asegúrate de que tenga los libros que necesita. Cuando llegue de la escuela, debe tener los textos escolares necesarios para estudiar. Pedirlos prestados a último momento sólo hará que tu niño perciba caos y falta de planificación.
Desarrolla un plan. Antes del regreso a clases habla con el maestro y arma un organigrama: te tomará solo una hora. Así podrás seguir de cerca sus tareas.
No lo atosigues, pero no lo dejes solo. Cuando comience a hacer tareas en el tiempo diario previsto, intenta estar cerca para que te pregunte lo que sea. Pero no estés encima. Debes dejar que tome confianza en sí mismo y que sepa que sólo puede resolver las cosas.
Quita el televisor de la habitación. Es importante que tu hijo sepa que hay un sitio para ver televisión y otro para estudiar. No pongas un aparato en su cuarto, ni permitas que haga tareas mientras mira programas.
No dejes todo librado a la tecnología. La computadora e Internet pueden servir para buscar contenidos, pero no dejes que saque todo de allí. Enséñale a buscar en libros, a marcar las páginas y a buscar en el papel. Esto lo ayudará a memorizar lo que estudia.
Pídele orden. Antes de que salga a jugar, dile que debe dejar ordenados los materiales. Los libros en la biblioteca, el papel en el escritorio y los lápices guardados. Debe sentir que terminó completamente la tarea antes de pasar a otra cosa.
Hazle de rutinas. La rutina puede parecer aburrida, pero en la educación hace maravillas. No hagas planes durante la semana que alteren su ritmo de estudio. Ya verás que si tiene una rutina, con media hora diaria estará completamente al día con las tareas.
Si quieres que él se ordene, no se lo digas con mala cara: la regla número uno para que un chico encare bien el estudio es que lo haga con alegría. "Mi consejo número uno para los padres es ser positivos", dice Ron Clark, maestro, fundador de una academia de estudios y autor de varios libros sobre educación.
No tenemos que olvidar que nosotros somos los que damos el ánimo con el que retomarán las clases", afirma Clark. Por eso, no te lo tomes como una tarea maratónica. Más bien, llévalo a comprar los materiales y enséñale a ordenarlos como si se tratara de un juego. Déjalo que elija, que se entusiasme con los cuadernos, que te pida. Es importante que te comprometas con su estudio. No vayas a la escuela cinco minutos antes, o sólo cuando te llaman a reuniones, porque entonces no sabrás si tu hijo está cumpliendo con el plan anual. Una buena idea es ir a hablar con los maestros para saber qué les enseñarán de aquí a fin de año: si toca la Guerra Civil, alquílale películas sobre el tema, si le explicarán las fracciones, inventa algún juego con el que pueda practicarlas. Según Clark, puede que el maestro no te guste, pero nunca debes hablar mal de él delante de tu hijo, porque entonces no se tomará el estudio en serio. "Si hablas mal, tu hijo no lo respetará y la situación se tornará cada vez peor", explica. Además de inculcarle alegría y respeto por el maestro como primeros pasos, tienes que lograr que el niño comprenda que la educación es su compromiso principal. Nunca lo dejes ausentarse o hagas que falte para otras citas como cortarse el pelo o ir a visitar a algún pariente. "Si haces eso", explica Clark, "estás enviando mensajes contradictorios".
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