Los niños
consentidos pueden ser pequeños operadores de sus propias ideasLos niños
desde muy pequeños tienen la capacidad de entender y saber cuando algo
está bien o mal. Los padres creen erróneamente que son personitas que no
son capaces de comprender y les tratan con excesivos consentimientos,
apremiando a cada momento inclusive cuando hacen algo incorrecto. Esto
es bueno hasta cierto punto, pero cuando a un niño se le elogia por todo
lo que hace o se le toma en gracia, lo puede llevar a ser engreído y
colocarlo en una posición de creerse merecedores de todo.Es mejor un
elogio a un regaño. Los padres deben identificar cuando su hijo comete
un error y hablarle claramente y con autoridad, llamándole la atención
en el momento y sin dejar pasar por alto lo sucedido. Y debe saber
reconocer cuando el niño hace las cosas bien y posee un comportamiento
correcto.Recompensar con un caramelo o juguete está bien de vez en
cuando, pero no debe ser el único recurso para premiar las buenas notas y
el buen comportamiento. Si los padres consideran oportuno comprar un
regalo como refuerzo a la felicitación verbal, es recomendable. Pero no
caiga en el juego de retribuirle por todo lo que hace. Lo más importante
será reconocer su esfuerzo con palabras que fortalezcan su autoestima y
valores como persona.Coméntele de una forma clara y estimulante lo bien
que hizo las cosas y recompénsele con la mejor de sus sonrisas y amor.
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