Hay que considerar que hay cosas que son normales en la vida, y
dentro de la vida de un recién nacido está el hecho de que tiene tres
formas de ser: está durmiendo, está despierto mirando para todos lados y
está llorando.
Por eso mismo, es imposible que a una mamá no le gusten las dos primeras y la tercera no la soporte. Claramente, existe cierta proporcionalidad: el recién nacido duerme muchas horas, está un rato despierto y otro llorando. Lo que hay que aceptar es que el llanto es parte de la vida del niño. Otro punto muy distinto es cuando el llanto se vuelve patológico.
Por eso mismo, es imposible que a una mamá no le gusten las dos primeras y la tercera no la soporte. Claramente, existe cierta proporcionalidad: el recién nacido duerme muchas horas, está un rato despierto y otro llorando. Lo que hay que aceptar es que el llanto es parte de la vida del niño. Otro punto muy distinto es cuando el llanto se vuelve patológico.
Un bebé llora porque es su modo de comunicarse e interactuar con el medio, o su manera de expresar alguna necesidad, sentimiento, agrado o molestia.
Lo primero que hay que comprender es que un bebe llora porque es su modo de comunicarse e interactuar con el medio, o su manera de expresar alguna necesidad, sentimiento, agrado o molestia.
No necesariamente el bebe ideal es la
que no llora en todo el día. La verdad es que si no llora en todo el día
y además está como ida, es cuando hay que preocuparse y ver qué es lo
que le sucede porque puede que esté enferma.
Cuando surge la pregunta acerca de cuándo es normal y cuándo no lo es, en primera instancia depende del patrón de referencia de normalidad que tenga la mamá. Esto porque si no soporta el llano, para ella cualquiera va a ser anormal; en cambio si es bastante indiferente y la guagua llora todo el día, puede que se quede tranquila.
Cuando surge la pregunta acerca de cuándo es normal y cuándo no lo es, en primera instancia depende del patrón de referencia de normalidad que tenga la mamá. Esto porque si no soporta el llano, para ella cualquiera va a ser anormal; en cambio si es bastante indiferente y la guagua llora todo el día, puede que se quede tranquila.
Aún así, es natural que a los pocos días de nacido el bebé, la mamá se de cuenta sola cuando el llanto de su hijo es normal o si acaso el bebé llora porque siente alguna molestia. Cabe recordar que el llanto no es aislado, sino que va acompañado de otras cosas más como una expresión facial.
Si hacemos una comparación con el llanto
de un adulto, basta mirarlo para saber si esa persona está llorando de
alegría o está llorando de pena o nerviosismo. Es todo un conjunto con
su expresión. Entonces, de la misma manera cómo nosotros aprendemos a
distinguir el llanto de un adulto, la mamá va conociendo el llanto de su hijo a los pocos días de su nacimiento.
Ahora bien, cuando el llanto del bebé
excede lo habitual para esa guagua, es preocupante. En ese caso, lo que
debe hacer la mamá es buscar la causa para ver si es algo que ella misma
puede solucionar. Por ejemplo, si por alguna razón no le ha dado comida
hace cinco horas y la guagua llora, es porque tiene hambre. Al igual
que si no lo ha mudado durante las últimas cuatro horas y el bebé llora,
ella tendrá que mirar cómo están los pañales.
Aún así, si el llanto persiste y la mamá nota que está fuera de lo habitual, debe llevarlo al pediatra.
Aún así, si el llanto persiste y la mamá nota que está fuera de lo habitual, debe llevarlo al pediatra.
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