Los riñones juegan un rol importante en el cuerpo: Actuando como los
filtros del cuerpo, ayudan a controlar los niveles de agua y a eliminar
impurezas a través de la orina. También ayudan a regular la tensión
arterial, la producción de glóbulos rojos, y los niveles de calcio y
minerales.
Pero algunas veces los riñones no se desarrollan adecuadamente y como
resultado no funcionan de la forma en que deberían. Generalmente estos
problemas son de origen genético y no tienen nada que ver con lo que los
padres hicieron o dejaron de hacer.
Muchos de estos problemas se diagnostican antes de que los bebés
nazcan a través de pruebas prenatales de rutina y son tratados con
medicamentos u operaciones mientras que el niño(a) aún es joven. Otros
problemas pueden surgir posteriormente tales como síntomas de
infecciones urinarias, retrasos en el crecimiento y tensión arterial
alta, etc. En algunos casos, los problemas son más severos y requieren
un tratamiento quirúrgico más extenso.
Cómo funcionan los riñones
Los riñones actúan como el sistema de recolección y procesamiento de
desperdicios del cuerpo humano. A través de unidades microscópicas
denominadas nefrones, los riñones eliminan los
productos de desperdicio y el exceso de agua del alimento de las
personas, devolviendo al torrente sanguíneo del cuerpo las sustancias
químicas que necesita (como el sodio, fósforo y potasio). El exceso de
agua se combina con otros desperdicios para transformarse en orina, la
cual fluye a través de conductos delgados denominados uréteres hacia la
vejiga, donde permanece hasta que se elimina del cuerpo a través de la
uretra (el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia el
exterior) cuando alguien tiene la necesidad de orinar.
Los riñones también producen tres hormonas importantes: erythropoietin, la cual estimula a la médula ósea para producir glóbulos rojos; renin, la cual ayuda a regular la tensión arterial; y la forma activa de la vitamina D, la cual ayuda a controlar el balance de calcio en el cuerpo y a mantener los huesos sanos.
El fallo de los Riñones, también conocido como insuficiencia renal,
ocurre cuando los riñones disminuyen su capacidad o dejan de filtrar
desperdicios del cuerpo apropiadamente, lo cual puede ocasionar el
incremento de desperdicios y sustancias tóxicas en la sangre. El fallo
de los riñones también puede ser agudo (lo cual significa repentino) o crónico (a través del tiempo, generalmente de larga duración o permanente).
El fallo de los riñones agudo puede deberse a infecciones
bacterianas, lesiones, shock, fallos cardiacos, envenenamientos o
sobredosis de drogas. El tratamiento incluye corregir el problema que
ocasionó el daño, y en ocasiones poco comunes, diálisis.
El fallo crónico de los riñones incluye el deterioro de la función
renal a largo plazo. En los niños y en los adolescentes puede ser una
consecuencia del fallo renal agudo sin mejoría, defectos de nacimiento,
enfermedades crónicas del riñón, o tensión alta crónica y severa. Cuando
se diagnostica a tiempo, el fallo crónico de los riñones puede
tratarse. La meta del tratamiento generalmente es disminuir el fallo de
los riñones con medicamentos, controlar la tensión arterial y la dieta.
En un momento determinado, puede que un trasplante de riñón sea
necesario.
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