La       explosión de Internet en los últimos años ha dado paso al       planteamiento de nuevas formas de comunicación. Internet se ha       constituido en un medio de contacto tremendamente versátil y  potente así       como en un instrumento útil en favor del respeto y ejercicio  efectivo de       los derechos de la infancia, recogidos en la Convención sobre los       Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de Naciones  Unidas en       1989 y ratificada actualmente por 191 Estados. Aunque, como en el  resto de       manifestaciones humanas, la contravención de los derechos  de la       infancia, está también desgraciadamente presente en la Red. Este  aspecto       no debe escaparse de cualquier consideración, ya que los niños,       gracias a su innata curiosidad y gracias a su facilidad de  adaptación a       los nuevos medios, se han convertido en usuarios de  Internet, y, en       muchos casos, en usuarios avanzados.
            Por       un lado, Internet ofrece claras ventajas, sobre todo en el campo  de la       educación, por cuanto mejora las posibilidades de los  consumidores,       reduce los obstáculos para la creación y distribución de  contenidos y       ofrece un amplio acceso a fuentes de información digital cada vez  más       ricas.
            Por       otro lado, los menores representan el grupo más vulnerable dentro  de los       usuarios de la Red: son víctimas potenciales de actividades  ilícitas (tráfico       de niños, pornografía y prostitución infantil, etc.) y tienen  fácil       acceso a contenidos desaconsejables (pornografía, violencia,  racismo,       xenofobia, discriminación por razón de género, etc.) que puedan  afectar       negativamente a su desarrollo físico, mental, espiritual y social.
            Es       el acceso a estos contenidos uno de los aspectos más preocupantes y  difíciles       de abordar en relación al uso de Internet. Si bien es cierto que  la Convención       sobre los Derechos del Niño reconoce el derecho de los  niños y       las niñas a buscar y difundir información e ideas de todo tipo,  también       establece su derecho a ser protegidos contra toda información y  material       perjudicial para su bienestar, así como contra cualquier  injerencia       arbitraria o ilegal en su vida privada, su familia, domicilio,       correspondencia y cualquier ataque a su honra y reputación.
            Igualmente       habrá que tener en cuenta la responsabilidad que la Convención  atribuye       a los padres, tutores, representantes legales y educadores a la  hora de       proporcionar a los niños directrices y orientaciones apropiadas  para que       ejerzan los derechos reconocidos en ella.
            Una       adecuada protección, respetuosa con los derechos de los niños y  niñas,       mencionados anteriormente, implica necesariamente un buen  conocimiento del       funcionamiento de la red y sus posibilidades, la formación  necesaria para       detectar contenidos potencialmente perjudiciales e información  sobre los       mecanismos de protección existentes, tanto técnicos como legales.
            En       definitiva el mejor método de prevención de manejo pernicioso de       Internet, pasa por la Educación. Hacer que los niños y la niñas,       padres, y educadores conozcan lo más exactamente posible las       posibilidades del uso de Internet y sus peligros. La comprensión,       naturalmente, se deberá sustentar no solo en el marco referente a  la       utilización de un medio estrictamente técnico, sino  fundamentalmente en       conceptos propios de la Educación para el Desarrollo, tales como,       interdependencia, imágenes y percepciones, justicia social,  comprensión       y solución de conflictos o cambio y futuro.
            En       este sentido se hace necesario el desarrollo de buenas campañas de       sensibilización a todos los niveles, que informen a los niños/as,  jóvenes       y padres sobre los beneficios y perjuicios del uso de la red.
No hay comentarios:
Publicar un comentario