martes, 24 de noviembre de 2009

BEBE CIEGO

Imagen de dos niñosNo es fácil para ningún padre o madre aceptar y entender que su hijo ha nacido ciego o se quedó ciego en los primeros años de su vida. Al terrible golpe recibido se suma el desconocimiento de cómo actuar. Si se aplican conocimiento y recursos apropiados, se conseguirá un desenvolvimiento satisfactorio del bebé ciego o con baja visión en los aspectos fundamentales de su persona: afectivo, social, intelectual y motriz.

Lógicamente, al faltarle al niño información visual, su desarrollo será, en algunas áreas, más lento del que el niño que ve. Pero si él y sus padres reciben apoyo desde el principio por personas con experiencia, podrá llevar una vida estimulante y plena. Es importante acudir cuanto antes a un centro especializado multidisciplinar, que sean capaces de potenciar al máximo las habilidades del niño. Es básico aplicar un conjunto de medidas de orden psicopedagógico, médico y social, encaminadas a proporcionar estrategias alternativas y/o compensadoras de la pérdida parcial o total de la visión, a fin de que las desviaciones del desarrollo se minimicen al máximo posible, cuando no sea posible su erradicación.

Los niños con impedimentos visuales deben ser evaluados lo más precoz posible para poder beneficiarse de los programas de intervención temprana. Los niños con baja visión o vista parcial pueden hacer uso de las nuevas tecnologías, computadoras, materiales de video, materiales de imprenta grandes, libros en casete y braille.

Pueden necesitar de ayuda adicional con aparatos especiales para estimular sus habilidades auditivas, comunicación, orientación y movilidad, así como orientación escolar y profesional y el aprendizaje de las destrezas necesarias para realizar una vida normal.

Cuando es un bebé, es necesario estimular la comunicación en todos los momentos en que esté despierto, con caricias, para que se sienta seguro. Todos los movimientos deben ser suaves, anticipando siempre con palabras para que no se sobresalte; el papel de la madre como primera estimuladora es fundamental.

Hay que evitar la sobreprotección y la no aceptación de la discapacidad del niño, ya que lo convertirá en un ser pasivo, inseguro e incapaz de aprender; las actitudes positivas provocarán interés por aprender, seguridad y dominio de sus miedos. Los niños ciegos que están sobreprotegidos suelen presentar problemas en el reconocimiento de su esquema corporal y el espacio

Hay que darle una información detallada de los acontecimientos del medio y facilitarle el conocimiento de los objetos que se encuentran a su alcance y la posibilidad de intervenir en situaciones sociales que les permita conocer y dominar otros códigos de conducta.

Los profesionales sanitarios deben dar información real de la discapacidad de su hijo, no despertar falsas expectativas que retrasen el comienzo de la estimulación; los padres deberían estar en contacto con entidades de ciegos, donde podrán recibir una orientación adecuada y los niños entrar en contacto social con otros niños, que les servirá de estímulo.

Estimulación precoz

Los objetivos básicos de la estimulación precoz son:

  • Estimulación psicomotriz.
  • Estimulación multisensorial.

Estimulación psicomotriz

Estimulación refleja. El niño con discapacidad visual nace con todos sus reflejos al igual que el niño vidente.

Locomoción. Para el desarrollo de la locomoción hay que seguir todos los pasos, desde el control de la nuca hasta la marcha. Hay que explicarle desde el principio, de una manera sencilla y concreta, qué y para qué se hace, alentándolo constantemente y estimulándolo con caricias, mimos, etc.

Cambiarlo de posición constantemente, de sentado a gatear, bipedestación y marcha. Atención con el control de la nuca. Subir y bajar escaleras, con especial cuidado en la educación de la caída, para que no se sienta alarmado ante una situación peligrosa.

No es conveniente cambiar los objetos peligrosos de la casa, sino enseñarle el lugar donde se encuentran, utilizando todos los sentidos para localizarlos y tratar de evitarlos.

Esquema corporal. La imagen corporal es muy particular y varía según la percepción de cuerpo de cada uno y de acuerdo a su enfermedad. La estimulación es necesaria para ayudar a formar su imagen corporal y la toma de conciencia de sí mismo. Debemos trabajar con el niño en el reconocimiento del cuerpo, posturas que toma en el espacio, etc. mediante contactos y movimientos del cuerpo del niño, nombrando sus partes con el nombre real, él explorando tu cuerpo, que le servirá de modelo, para conseguir una imagen mental de otros cuerpos diferentes al suyo.

Expresión mímica y gestual. En los primeros días tras el nacimiento, el rostro carece de mímica y poco a poco van apareciendo movimientos reflejos y más tarde voluntarios, siendo la traducción del estado afectivo. El bebé ciego congénito la posee al principio porque estos movimientos son reflejos, pero luego, al no tener retorno con la mirada, la pierde. En cambio, el ciego adquirido la tiene y la pierde por falta de estímulo. Es importante, para lograr su integración social, que copie las expresiones del otro, ya que las personas videntes las utilizan normalmente para expresar sus estados de ánimo.

Desarrollo del lenguaje. Es importante que comprueba los movimientos respiratorios en el otro, movimientos de la lengua y los labios, que exista contacto cuerpo a cuerpo, que toque la cara y el cuello para que pueda sentir los movimientos de quien le habla. Háblale cuando se mueva cerca o lejos de él y cuando salga o entre del lugar donde se encuentra diga hola o adiós. La adquisición del lenguaje oral puede ser tardío por el retraso psicomotriz. Cuando el lenguaje se desarrolla sin experiencias sensoriales directas, puede aparecer el verbalismo y la ecolalia, por lo que es importante poner en palabras todas las acciones y ejecutarlas con un fin determinado.

Estimulación multisensorial

Desarrollo perceptual: cuanto mayor sea el número de experiencias sensoriales, mayor será el campo de interés que hará que el niño se mueva y se vuelva activo.

Estimulación táctil: debe ser con todo el cuerpo, sintiendo texturas, temperaturas, pesos, tamaños y formas diferentes.

Estimulación de la prensión: llevar manos y objetos a la boca, primero con ayuda, conseguir "ver con las manos". Todos estos movimientos deben tener un sentido; sentir el calor y el olor de la comida, tomarla con las manos cuando es pequeño.

Estimulación auditiva: enseñarle a diferenciar sonidos del propio cuerpo, sonidos cotidianos, sonidos de la naturaleza, de los animales, de los objetos, de los instrumentos musicales y diferenciar el silencio como contraste.

Estimulación olfativa y gustativa: sentir olores y sabores de diferentes sustancias que sean posibles de probar, chuparse las manos y los dedos, oler y chupar objetos y alimentos y aprender a discriminar sustancias tóxicas o no comestibles.

Sentido cinético: sentido de posición y movimientos del cuerpo en el espacio sin incumbencia de la visión. Se ejercitará, al principio, con juegos de imitación.

Hay ciertos esquemas de acción que el bebé no podrá realizar, ya que la iniciativa se basa en experiencias puramente visuales

Estimulación visual

Hasta hace relativamente poco tiempo, las personas con resto visual no recibían una atención educativa que contemplara su capacidad visual, debido fundamentalmente a los siguientes factores:

  • Por un lado, se consideraban las capacidades perceptivas-visuales sólo como fruto de la dotación genética.
  • Otros defendían que es un fruto de la experiencia.
  • Corriente promovida por oftalmólogos y pedagogos de la época que pensaban que la visión se gasta con el uso por lo que hay que preservarla en las personas que ven poco.
  • Desconocimiento de técnicas y procedimientos para el aprovechamiento del resto visual.

Debido a esto, en muchos centros específicos para ciegos existe una gran mayoría de personas ciegas que ven, recibiendo una educación como si no viesen. Un estudio realizado en 1970 llegó a la conclusión que un 79% de los niños ciegos desde el punto de vista legal, en Estados Unidos, poseían un resto visual útil.

Debido a la mejora en el tratamiento de muchas enfermedades visuales, muchas personas abocadas a la ceguera pueden disfrutar de la posibilidad de conservar y utilizar su capacidad visual.

Los factores que más influencia han tenido para dar una nueva orientación a la educación de las personas con resto visual son los siguientes:

  • Cambio de actitud de los oftalmólogos.
  • Estudios que demuestran que los niños clasificados como ciegos desde el punto de vista legal, aprenden a percibir u ordenar su entorno más próximo sobre la base de claves no sólo táctiles, sino visuales.
  • Seguidores de la necesidad de la estimulación visual para las personas con baja visión.

A comienzos de los años ochenta, comienza en España un claro rechazo hacia la restringida educación en centros específicos que desprecian el uso del resto visual de quienes lo tenían y una demanda paulatina de la educación de las personas ciegas y deficientes visuales en régimen integrado, con aplicación de las teorías a favor del uso del potencial visual y de su entreno. En los ochenta, la aplicación de la estimulación visual a las personas con baja visión empieza a ser un hecho en nuestro país. En 1985, la ONCE crea el primer centro de rehabilitación visual en Madrid y posteriormente en otras ciudades ( Alicante, Barcelona, Pontevedra, Sevilla, Bilbao, Las Palmas…). El Instituto Universitario de Oftalmología Aplicada de la Universidad de Valladolid, creado en 1989, suscribe un convenio con la Junta de Castilla y León, en colaboración con la ONCE, para la creación de una Unidad de Baja Visión.

Las experiencias educativas son las que han determinado el cambio de actitud hacia la consideración de la baja visión, como una situación característica para algunas personas que exige un tratamiento diferente con respecto a las que son ciegas. Hay que aprovechar los restos visuales para todas aquellas tareas que sean posibles

Es necesario que la persona utilice su resto visual en cualquier condición ambiental, ya que la visión no se gasta ni se ahorra, es más, cuanto más se utiliza la visión, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual. El objetivo de cualquier programa de estimulación visual es alcanzar el mayor grado de autonomía personal posible a través del uso de la visión, aunque haya de ayudarse en otros sentidos para conseguirlo.

El desarrollo perceptivo visual sigue unas pautas paralelas a la adquisición de los aprendizajes básicos de una manera espontánea. Cuando el déficit visual es grave, inhibe de manera parcial o total el proceso normal del desarrollo perceptivo-visual; existe una incapacidad de recoger información a través del sentido de la vista de una manera espontánea y en la cotidianidad de su quehacer diario.

Asimismo, existen muy pocas oportunidades de comparar sus impresiones visuales con las recibidas por otras personas, su información visual no es una información contrastada y pueden creer que todos ven lo que él ve.

Cuanto antes hay que comenzar con la aplicación de estrategias y procedimientos que conduzcan a la mejora del funcionamiento visual, estimulando el resto visual desde los primeros meses.

Cuando se produce daño en alguna de las partes del ojo o en sus funciones, hay una alteración perceptivo-visual, pero no existe interrupción salvo en el caso de ceguera total; la percepción de estímulos continúa, aunque en menor cantidad y, posiblemente, con una interpretación distorsionada de lo que aparece ante los ojos. Esta situación puede compensarse ofreciendo a los niños con baja visión gran variedad de estímulos, que aprendan a interpretarlos, a interactuar con el medio y a que adquieran conciencia visual.

Las técnicas de estimulación visual deben estar en manos de profesionales especializados en la valoración previa y en los procedimientos de aplicación de las mismas, pero desde la escuela o desde la familia, se debe contribuir a fomentar el uso continuado de la visión.

Se realiza un propuesta de objetivos para su aplicación en el ámbito escolar y familiar fundamentalmente. Si el niño no realiza este tipo de conductas, no se agobie y, sin crearle ansiedad, procure trabajarlas en casa o en la escuela. Si tiene graves problemas visuales es normal que no realice determinado tipo de tareas visuales a la edad que se cita o le resulte muy difícil. Consulte siempre con un especialista. La calidad de la intervención que proporcionemos determinará que tengan experiencias sensoriales adecuadas para el crecimiento cognitivo. Si las experiencias senso-motoras no se proporcionan de la manera adecuada, pueden ser perjudiciales. Además, tiene que tener en cuenta, que las hormonas que se liberan con el estrés parece que inhiben la función de la memoria; los niños pueden estar constantemente estresados como resultado de tener un control limitado sobre dónde, cómo y a qué clase de estímulo están sujetos. Los eventos sensoriales de calidad deben tener un nivel de intensidad que sea accesible para el niño y debemos seleccionar aquellos con los que pensamos va a disfrutar.

De 0 a 6 meses

  • Atiende al estimulo visual y reacciona ante la luz.
  • Gira la cabeza, los ojos y/o el cuerpo hacia la fuente de luz.
  • Fija rudimentariamente la mirada en objetos de colores brillantes y móviles.
  • Mira a la cara de las personas (especialmente la madre).
  • Sigue con los ojos a una persona que se mueve directamente en la línea media de visión.
  • Sigue objetos en movimiento hacia la línea media.
  • Mira al lugar de donde proviene un sonido.
  • Sigue una luz con los ojos moviendo la cabeza.
  • Sigue con los ojos un objeto que se mueve más allá de la línea media de su cuerpo.
  • Sonríe ante los gestos faciales del adulto.
  • Mantiene la mirada en dirección a su mano.
  • Mira sus manos y juega con ellas.
  • Sigue un objeto con la vista en una trayectoria de 90 grados.
  • Mantiene contacto visual con objetos multicolores durante tres segundos.
  • Observa sus pies al moverlos.
  • Sostiene y observa un objeto que se le da.
  • Dirige la mirada moviendo la cabeza en dirección a un objeto que se cae.
  • Se acerca y toca un objeto a una distancia de 15-30 cm.
  • Fija la mirada alternativamente en dos objetos.

De 6 a 12 meses

  • Busca con frecuencia el contacto visual cuando se le atiende.
  • Localiza visualmente un objeto que ha sido retirado de su campo visual.
  • Localiza y alcanza un objeto preferido.
  • Localiza visualmente un objeto grande que ha dejado caer y lo recoge.
  • Deja caer deliberadamente un objeto para recoger otro que le atrae visualmente.
  • Imita ademanes y acciones sencillas.
  • Extiende un objeto al adulto y se lo da.
  • Introduce y extrae objetos de un recipiente grande.
  • Fija la mirada en un objeto pequeño.
  • Encaja formas geométricas sencillas.
  • Coloca una clavija redonda gruesa en un tablero perforado.
  • Empuja tres bloques como si fuese un tren.

Durante el primer año de vida los niños están interesados primeramente por objetos de mucho contraste, ya que su habilidad para ver el color no está completamente desarrollada. Tampoco están visualmente interesados en mirar objetos que estén muy lejos.

Durante este periodo es conveniente estimular la visión del niño poniendo objetos de mucho contraste (muñecos de peluche blanco y negro) un poco fuera de su alcance. Puede decorar la habitación para que sea estimulante visualmente, utilizando patrones de negro sobre blanco o rojo y blanco. La habitación debe estar bien iluminada, dejando una pequeña luz por la noche que le sirva de estímulo si se despierta.

Ponga la cuna en diferentes posiciones en la habitación, para que el niño experimente diferentes vistas del cuarto.

Cuando entre en la habitación háblele, para que sepa que está ahí; recuerde a sus familiares y amigos que hagan lo mismo.

Póngase en posición directa a la vista del niño y una vez que lo haya enfocado mueva su cabeza para que pueda seguir su cara con los ojos.

Muéstrele materiales brillantes, como papel metálico que refleja la luz.

De 1 a 2 años

  • Explora activamente su medio ambiente.
  • Imita tareas simples.
  • Empareja objetos sencillos.
  • Arroja objetos grandes y pequeños y los localiza.
  • Imita la posición en que se colocan los objetos.
  • Saca varios objetos de un recipiente de uno en uno.
  • Escoge entre varios objetos cuando se le pide.
  • Señala partes de su cuerpo en la imagen del espejo.
  • Construye una torre con tres bloques.
  • Construye trenes con cubos en fila.
  • Empareja objetos y láminas iguales.
  • Hace garabatos.
  • Introduce y saca clavijas en un tablero perforado (al menos cinco).
  • Señala la figura que se le nombra utilizando fotografías o ilustraciones grandes de objetos comunes.
  • Pasa las páginas de un libro para encontrar una figura.
  • Hace rodar una pelota imitando al adulto.
  • Coloca cuatro aros en una clavija.
  • Ensarta anillas pequeñas y bolas en un eje.
  • Imita un movimiento circular.
  • Discrimina visualmente el círculo y el cuadrado mediante encaje de piezas.
  • Busca y ubica objetos sencillos en lugares concretos.
  • Se reconoce en una fotografía.

De uno a dos años el niño comienza a explorar objetos localizados un poco fuera de su alcance, lo que estimula su desarrollo para comenzar a caminar y correr. También se desarrolla la coordinación ojo – mano y pueden aprender a manipular objetos con las manos, ensamblar juguetes y se empieza a desarrollar la habilidad de percepción de forma y tamaño.

Puede hacer:

  • Estimúlele a que coja juguetes u objetos que le gusten que se encuentren fuera de su alcance.
  • Estimule el desarrollo de habilidades de relaciones espaciales visuales (juguetes de bloques).
  • Juguetes de mucho contraste y materiales de colores brillantes.
  • Juguetes que produzcan una respuesta después de que el niño los toque.
  • Ruede pelotas para que el niño pueda entender que al empujar una pelota, ésta se va y parece más pequeña según se va alejando.
  • Juegue con cartas, juegos que tenga que emparejar o poner en orden.
  • Estimule a que el niño toque, oiga y pruebe los objetos que ve, permita que explore a su alrededor, que se mueva libremente.
  • Diga el nombre de los objetos con los que juega y mira, ya que es en este momento cuando se desarrolla el lenguaje.

De 2 a 3 años.

  • Completa un tablero de formas geométricas de tres piezas.
  • Agrupa objetos atendiendo al color.
  • Empareja objetos del mismo tamaño cuando se le presentan dos tamaños.
  • Señala objetos grandes y pequeños cuando se le pide.
  • Construye torres de hasta diez cubos.
  • Une dos partes de una figura para formar un todo.
  • Ensarta cuentas grandes en un cordón rígido.
  • Empareja figuras geométricas.
  • Pasa las páginas de un libro de una en una.
  • Encaja las tapaderas en los envases.
  • Lanza y atrapa un balón con ambas manos en posición de pie
  • Utiliza los conceptos encima y debajo para ubicar objetos respecto a sí mismo y posteriormente respecto a otros objetos.
  • Mueve las partes del cuerpo delante de un espejo y las identifica.
  • Llena y vacía recipientes con arena, agua, etc.
  • Introduce por tamaños cinco o más aros en una clavija con el soporte en reposo y posteriormente en movimiento.
  • Desatornilla juguetes que encajan unos dentro de otros.
  • Dobla un papel por la mitad imitando al adulto.
  • Realiza lotes de hasta seis figuras.
  • Empareja una figura geométrica con una ilustración de la misma.
  • Imita el trazo vertical.
  • Imita el trazo horizontal.
  • Construye puzzles de hasta tres piezas.
  • Reconoce las acciones representadas en las ilustraciones de los cuentos y las imita.
  • Hace bolas de plastilina.

De 3 a 4 años.

  • Reconoce tres colores y tres formas.
  • Discrimina visualmente objetos grandes y pequeños.
  • Discrimina visualmente objetos largos y cortos.
  • Señala y reconoce diez partes del cuerpo.
  • Reconoce y añade un brazo y/o una pierna a una figura incompleta de un hombre.
  • Une partes de una figura para formar un todo.
  • Clasifica objetos atendiendo a distintas categorías.
  • Construye un puente de tres bloques imitando al adulto.
  • Reproduce una secuencia o un diseño simple de cinco bloques.
  • Ensarta bolas en un cordón flexible.
  • Empareja objetos e ilustraciones atendiendo a los conceptos igual/diferente.
  • Hace seriaciones simples después de ver un modelo.
  • Camina entre dos líneas colocadas a 80 cm. una de otra.
  • Dibuja una cruz imitando al adulto.
  • Dibuja una línea diagonal de esquina a esquina en un cuadrado de papel de 10 cm.
  • Corta papeles con tijeras.
  • Colorea superficies simples.
  • Abre y cierra con llaves.
  • Patea una pelota que rueda hacia él.
  • Recoge una pelota con las dos manos que se arroja desde una distancia inferior a un metro.
  • Construye puzzles de hasta 6 piezas grandes.
  • Cuenta objetos hasta diez.
  • Traza siguiendo el contorno de una plantilla.

De 4 a 5 años.

  • Identifica y utiliza los objetos corrientes necesarios para el aseo.
  • Reproduce un triángulo.
  • Reconoce el elemento que falta cuando se quita un elemento de un conjunto de tres.
  • Distingue ocho colores y los nombra.
  • Nombra y describe fotografías de acciones simples y claramente representadas.
  • Dibuja de forma esquemática la figura humana.
  • Recorta a mano formas sencillas de papel.
  • Pica con punzón.
  • Corta con tijeras papeles siguiendo líneas abiertas o cerradas.
  • Recuerda cuatro objetos que ha visto en una ilustración.
  • Ordena cinco objetos por tamaño.
  • Cuenta hasta diez objetos.
  • Empareja símbolos sencillos.
  • Construye una pirámide de diez bloques imitando al adulto.
  • Selecciona objetos apropiados a la selección.
  • Coloca objetos detrás de, al lado de, junto a otro que constituye el punto de referencia.
  • Realiza ejercicios de trazo (preescritura).
  • Copia un diseño de abalorios en un tablero.
  • Hace conjuntos, de uno a diez elementos, siguiendo un modelo.
  • Reconoce un objeto o un dibujo que no pertenece a una clase particular.
  • Señala la parte que falta en una ilustración de un objeto.
  • Hace seriaciones simples atendiendo a tamaño y color.
  • Pone objetos por encima, encima, por debajo, dentro y a través de otros objetos.
  • Reconoce posiciones: primero, en medio, último, en una serie de objetos.
  • Describe objetos como largos o cortos.
  • Hace rebotar y recoge una pelota grande.
  • Realiza formas con plastilina uniendo dos o tres partes.
  • Diferencia qué conjuntos tienen "más" o "menos".
  • Dibuja figuras simples que se pueden reconocer como una casa, un hombre o un árbol.
  • Recorta y pega formas simples.
  • Realiza puzzles de hasta diez piezas.
  • Se abotona y desabrocha la ropa.
  • Ayuda a poner la mesa colocando bien los platos, servilletas y cubiertos.
  • Imita posiciones de modelos vistos en imágenes.

Los niños desarrollan sus habilidades de pre-escritura y pre-lectura a los 4 años de edad. Una de las habilidades más importantes es la capacidad de poder seguir la vista de izquierda a derecha. También se desarrolla durante este periodo la habilidad de lenguaje.

Puede hacer:

  • Estimular en el niño los conocimientos de dirección, haciendo líneas en una pizarra de arriba abajo, de izquierda a derecha.
  • Estimúlele a jugar con letras y números magnéticos.
  • Desarrolle la memoria de su hijo con juego de palabras, etc.
  • Enséñele mover los ojos de izquierda a derecha leyendo patrones, poniendo su dedo en cada palabra que lee. Después ponga el dedo del niño en cada palabra que usted lee.
  • Juegos de coordinación ojo – mano.
  • Estimule al niño a ver fotos de objetos y que los nombre. Enséñele fotos e ilustraciones que le ayuden a desarrollar la asociación de las fotos con un objeto real.
  • Permítale que corra y que desarrolle coordinación ojo –mano y ojo – pie.
  • Rompecabezas y cubos para que asocie que las partes pueden formar un objeto completo.

De 5 a 6 años.

  • Perfecciona el trazo.
  • Recorta formas más complicadas.
  • Escribe su nombre.
  • Reconoce las vocales y algunas consonantes.
  • Copia dibujos complejos.
  • Ordena objetos en secuencia: ancho/estrecho, largo/corto.
  • Localiza y nombra la izquierda y derecha en sí mismo y en un objeto o compañero.
  • Reconoce posiciones en ilustraciones.
  • Reconoce palabras impresas.
  • Nombra las posiciones de los objetos; primera, segunda, tercera, etc.
  • Utilizando ilustraciones, reconoce entre objetos enteros y mitades.
  • Hace rebotar una pelota y la controla.
  • Puede copiar letras minúsculas.
  • Escribe en letras de imprenta mayúscula grandes, aisladas en cualquier parte del papel.
  • Colorea sin salirse de las líneas.
  • Recorta figuras de revistas y catálogos sin salirse más de seis milímetros del borde.
  • Pega recortes de papel con un orden establecido, sugerido o inventado.

Entre los cinco y los ocho años es periodo fundamental en el niño, pues se da paso a la escolarización. El niño debe ser avaluado para determinar si es necesaria la utilización de textos y libros especiales para leer, libros con letras grandes o bien el método Braille podría ser el método más adecuado para leer.

Puede hacer:

  • Procure que el niño en el salón esté en una posición que ayude a usar al máximo su potencial visual; en cada niño será diferente y el especialista puede recomendarle.
  • Averigüe que nivel de luz necesita su hijo y déle el mejor tipo y nivel de luz que necesite; algunos niños necesitan niveles bajos de luz fluorescente y otros niveles altos de alógena.
  • Si el niño tiene capacidad visual para leer, determine qué estilo, tamaño y espacios de letra necesita para leer más fácilmente.
  • Proporcione un lugar adecuado de trabajo; unos necesitan un escritorio grande e inclinado, otros requieren asistencia tecnológica, como TV de circuito cerrado o programas de ordenador específicos.
  • Asegúrese que el niño se pone protectores para los ojos cuando juega fuera de casa, para evitar los golpes.

Recomendaciones

  • La visión no puede nunca ser ahorrada o gastada, ya que mientras más se utiliza, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual.
  • Cuanto más pequeño es el niño, mayor es la probabilidad de un rápido progreso en el uso e la visión.
  • Los niños con baja visión necesitan ser estimulados a usar su visión en todas las tareas o actividades, aunque no exista la seguridad de que puedan ver los objetos. Bajas esperanzas conducen a una ausencia de progreso.
  • Hay que considerar a los niños con baja visión como videntes, hay ayudarles a pensar y comportarse como una persona que ve.
  • Enseñar al niño a trabajar manteniendo el contacto visual con los objetos y, sobre todo, con las personas con las que trabaja.
  • Estimular la exploración exterior en el patio del colegio, clases de educación física, etc. El niño se caerá por el mal cálculo de las distancias, pero es normal y no es conveniente sobreprotegerle.
  • Algunos leen muy lentamente y, a menudo, moviendo la cabeza o el libro en vez de los ojos o incluso adoptando posturas raras que no deben ser corregidas. Cuando se cansan pueden perder la concentración y leer peor; cuando esto ocurre es mejor cambiar a tareas que exijan menos esfuerzo visual.
  • El papel blanco y la tinta negra son los que proporcionan una mayor visibilidad y un mayor contraste.

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