Quién pone la fruta en los menús de los niños? ¿Qué es lo que hace que la frtuta sea normal y habitual en sus comidas? ¿Cómo llega un niño a inclinarse por la fruta? Con estos datos, parece que nadie…
La investigadora del CSIC que presentó el estudio ha afirmado que “Es necesaria una acción en los colegios y centros educativos para fomentar el consumo de estos alimentos, y prevenir así ciertas enfermedades”. No sé si se refería a los comedores escolares, lo cual me parece necesario. El menú de un comedor escolar debe incluir frutas y verduras a diario.
También sus declaraciones podrían haberse referido a que seamos los profesores los que impartamos educación nutricional, lo cual también me parece estupendo y se suele hacer en todas las asignaturas a modo de contenido transversal. Pero no caigamos en la “moda” de dejarlo todo en mano de los colegios y profesores.
Así que yo digo: bien, pero empecemos por llevar a dichos centros educativos a los padres. Es decir, el fomento de unos hábitos saludables deben empezar en casa y con unos padres formados y concienciados al respecto. Ya hemos señalado cómo la opinión pública sonsidera que . Que se haga desde los colegios, o desde centros sociales…
Difícilmente puedo educar a los alumnos en nutrición si al salir del aula en el recreo sacan su estupendo bollycao y su zumo sobreazucarado de la mochila. ¿Alguien se imagina que su hijo le dijera “No, papi, no quiero donut, que me han dicho en el cole que es perjudicial para mi salud”? “No, mamá, no quiero Coca-Cola, prefiero un zumo de naranja natural que me ha dicho el maestro que es mucho más sano”.
A mí esto me daría escalofríos y más bien me suena a niños abducidos por algún ente alienígena que controlara sus mentes… Me alegro de que los docentes no tengamos este poder.
En fin, con datos tan triste como los que aporta este estudio es por los que se pueda dar el caso de que Actuemos los mayores. Somos los responsables, desde todos los frentes posibles. Nadie sino los adultos podemos intervenir en el asunto.
Empezando porque nosotros debemos . Se supone que, antes de acudir a ningún comedor escolar, antes de acudir a la escuela ni conozcan a ningún maestro, los niños comen con sus padres y les ven comer.
Intentemos predicar con ese ejemplo antes de que los pequeños sean bombardeados por la publicidad, porque cuando se mueve tanto dinero nos olvidamos de salud y priman los intereses comerciales. Si la publicidad a los mayores nos hace comprar “el mejor pañal” para ellos, cuando crezcan, cómo no van a convencerles de que comer en McDonald’s es lo más guay.
Ahora que lo pienso, aquí si que parecemos abducidos por entes extraterrestres, niños y mayores. Lo que no consiga la publicidad…
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