Este pedido genera preocupación por los problemas de salud que pueden ocasionar. Sin embargo, ayuda al crecimiento de los hijos. Si conocemos bien sus características y necesidades, podremos disfrutarlos.
Tomar la decisión de traer una mascota a
casa no es tarea sencilla. Pero, al evaluar las ventajas y desventajas,
las primeras suelen prevalecer: muchos animales son juguetones,
cariñosos y estimulan el crecimiento sano y la maduración de los niños a
través de su compañía y del intercambio de afecto. Los chicos también
aprenden sobre la responsabilidad al hacerse cargo de los cuidados
cotidianos de su mascota. Y descubren los procesos fisiológicos
importantes de la vida, como la reproducción y la muerte.
En general, las mascotas más elegidas son
los perros y los gatos. En el caso de los perros, muchos papás prefieren
una raza de temperamento tranquilo. Pero además de tener en cuenta el
carácter, es importante brindarle todos los cuidados que necesita y
entrenarlo para que aprenda a socializar y a respetar las órdenes. A su
vez, los chicos deben saber cómo tratarlo y evitar los juegos agresivos,
para prevenir lastimaduras por golpes o mordeduras. Esto es una
prioridad con los cachorros, porque en esa etapa son torpes y sus
dientes son muy finos y afilados.
Es interesante destacar que, en la mayoría
de los casos, son los perros propios o conocidos los que causan las
mordeduras. Durante un estudio sobre este tipo de accidente realizado en
el Hospital Austral de Pilar, provincia de Buenos Aires, los
investigadores encontraron que más del 70% de las víctimas atendidas
eran niños. Al menos siete de cada 10 de ellos dijeron conocer al perro y
el 14% resultó ser dueño del animal. Además, la cuarta parte de las
mordeduras ocurrió mientras el menor jugaba con la mascota. En cuanto a
la localización, siete de cada diez de estas lesiones ocurrieron en la
cabeza y el cuello del niño, zonas muy peligrosas y con mayor riesgo de
complicaciones.
Para prevenir estos ataques, se aconseja no
dejar que los menores de cinco años jueguen solos con el perro sin la
supervisión de un adulto. Es importante enseñarles que no deben molestar
al animal mientras duerme, se alimenta o está amamantando a su cría, ni
jugar con perros desconocidos. En el caso de una mordedura, se debe
lavar la herida con abundante agua y jabón, y consultar a un profesional
para iniciar las medidas preventivas y de tratamiento acordes a la
lesión y a los antecedentes del animal. Por su parte, los gatos son más
independientes y no suelen morder. Pero, cuando lo hacen, el riesgo de
que la herida se infecte es mayor, porque su saliva contiene mayor
cantidad de bacterias.
No es muy frecuente que perros o gatos
contagien enfermedades a sus dueños. El riesgo es aún menor si se
mantiene una buena higiene personal, principalmente a través del lavado
de las manos después de tocar al animal y limpiar los excrementos, y
antes de comer o de preparar la comida. Las personas no deben darle
besos ni dejarse lamer la cara. También es importante cuidar la salud de
la mascota, mediante el cumplimiento de los controles veterinarios
regulares para desparasitarla, actualizar las vacunas, y controlar
pulgas y garrapatas.
En ocasiones, los arañazos de los gatos,
especialmente de los cachorros, pueden transmitir una infección
denominada "enfermedad por arañazo de gato", que se manifiesta con
fiebre, dolor de cabeza, decaimiento y aumento de tamaño de los ganglios
linfáticos cercanos al sitio de la lesión. Estos felinos también
transmiten toxoplasmosis, una enfermedad producida por un parásito y que
es especialmente peligrosa en mujeres embarazadas, porque afecta al
feto y puede causar secuelas congénitas severas en el recién nacido.
También es más grave en personas con trastornos de las defensas.
Otra infección frecuente transmitida por
los perros, los gatos y algunas mascotas menos comunes, como los
conejos, son las tiñas u hongos superficiales. Pueden afectar la piel,
el cuero cabelludo o las uñas. Pero no todas las personas se contagian:
ocurre con más frecuencia en los niños, los ancianos y en aquellos
individuos que presentan las defensas bajas.
Los reptiles en casa también pueden causar
enfermedades. Las tortugas pequeñas y otros animales exóticos, como
iguanas, serpientes y lagartos, son portadores de Salmonella, una
bacteria que causa trastornos gastrointestinales. Los síntomas son:
fiebre, diarrea y dolor abdominal. En ocasiones, produce cuadros graves
de infección generalizada. Algunos roedores, como el hámster, también
contagian esta bacteria.
Muchos padres piensan que los animales
domésticos pueden desencadenar alergias o asma en los chicos. Y los
profesionales de la salud suelen recomendar no tener perros o gatos en
casa cuando hay antecedentes familiares de esta enfermedad. Sin embargo,
algunos estudios demostraron lo contrario: cuando se compararon niños
que habían sido dueños de mascotas desde pequeños y por varios años con
aquellos que nunca las habían tenido, se observó que el riesgo de asma
era menor en los que convivían con animales. Incluso los chicos criados
en zonas rurales, con animales de granja, sufrieron menos episodios de
alergias y broncoespasmos.
Entonces, adquirir una mascota no tiene por qué ser un problema. Si usted está pensando hacerlo, considere qué tipo de animal se adaptará mejor a su familia y a su casa. Si conoce bien sus características y necesidades específicas, podrán disfrutarlo sanamente entre todos.
Entonces, adquirir una mascota no tiene por qué ser un problema. Si usted está pensando hacerlo, considere qué tipo de animal se adaptará mejor a su familia y a su casa. Si conoce bien sus características y necesidades específicas, podrán disfrutarlo sanamente entre todos.
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