jueves, 11 de febrero de 2010

LA OBESIDAD INFANTIL

La obesidad infantil provoca muchos problemas no sólo en el propio desarrollo físico, sino también problemas psicológicos de los niños, incidiendo negativamente en su adaptación social.

No en vano, tal y como han comprobado docenas de estudios a lo largo de los años, los niños obesos poseen y tienen una imagen de sí mismos realmente pobres, expresando sensaciones de inferioridad, rechazo, baja autoestima y ansiedad

En cierto sentido los niños con obesidad infantil suelen presentar ciertas trabas y dificultades para hacer nuevos amigos, ya que la discriminación de la que se sienten objeto provoca en ellos unas actitudes antisociales, que les termina conduciendo aladepresion, el aislamiento y la inactividad, cuando precisamente necesitan todo lo contrario para tratar de solucionar este problema de salud.

Tratar los problemas psicológicos en la obesidad infantil

Si observamos que nuestro hijo se aisla, no sale con sus amigos, está triste, o simplemente no se muestra tal y como era antes, debemos tratar de hablar con él para saber qué le pasa.

Si su actitud va a más, y lo observamos todos los días triste, con baja autoestima, e incluso tiende a aparecer en él una actitud ansiosa y depresiva, es el momento de tomar la decisión de acudir a un espesialista en psicologia, a ser posible en trastornos alimentarios.

Ayudará a nuestro hijo en la terapia, y podrá incluso ayudarle a que comience una dieta sana y equilibrada para que empiece a bajar de peso, ya que lo ayudará a aunmentar su auto estima a que solucione sus problemas internos, y le enseñará técnicas y estrategias para combatir la ansiedad


Tratamiento de la obesidad

Tratamiento de la obesidad

El tratamiento de la obesidad infantil no es una tarea fácil, ni para los médicos, ni para la familia, ni para los niños ya que hoy en día el tratamiento se basa en la modificación de los estilos de vida, lo que implica en la alteración de sus hábitos alimentarios y físicos. Cuanto mayor sea el niño, más difícil será practicar esos cambios, pero no imposible.

Los pilares del tratamiento
El método usado para tratar la obesidad infantil se basa fundamentalmente en la combinación de una limitada dieta con el aumento de la actividad física, la educación nutricional y el cambio de conductas. Pero todo eso solo será efectivo si el niño cuenta con el apoyo y el estímulo de su familia. La terapia de conducta del niño empieza con el aprendizaje de autocontrol. Para que la dieta surta efecto es necesario que el niño reciba estímulos y refuerzo social, a través de mensajes positivas, para que él pueda mejorar su autoestima y sentirse más seguro de sí mismo. En otras palabras, el trabajo inicial se basa especialmente en el combate a la ansiedad y al abatimiento, sentimientos que pueden provocar un aumento de peso de un niño.

Es importante conocer los hábitos alimenticios y conductuales del niño y de la familia. Saber lo que comen, los intervalos de una comida a otra, el ejercicio que realizan, bien como sus costumbres cuanto al ocio. A partir de eso se puede detectar mejor lo que provoca la obesidad del niño. Los cambios de hábitos a través de la terapia conductual es un componente imprescindible en el tratamiento del niño con sobrepeso.

Intervención de los padres según la edad del niño
Cuando el niño es menor de 5 años de edad, son los padres los que deben encabezar el tratamiento, es decir, responder por el niño todo lo que interesa a la terapia. De los 5 a los 9 años, los niños tendrán más autonomía en el tratamiento, aunque hace necesaria la vigilancia y la responsabilidad de los padres. Solamente a partir de los 9 o 10 años es que el niño tendrá mayor grado de responsabilidad y podrá responder con casi total libertad al tratamiento.

Los ejercicios físicos
Las actividades físicas deben ser aplicadas paralelamente a la dieta. Inicialmente se buscará una actividad más atractiva y que esté más de acuerdo a los intereses y a las posibilidades del niño. Se empezará con movimientos suaves a los que el niño se vaya adecuando de forma gradual. Si se pide un ejercicio fuerte al principio el niño puede asustarse, cansarse, y al final rechazarlo. El ejercicio debe ser primeramente suave, pero desarrollado de forma continua, a diario, y que sea divertido e interesante. Y es importante que el niño lo practique y lo comparta con 2 ó 3 personas más, como mucho.

Atenciones importantes
Al mismo tiempo que se introduce una actividad física a la vida del niño se debe reducir el tiempo que él dedica a la televisión o a otras actividades sedentarias.

Se ha demostrado que el uso de fármacos en el tratamiento de la obesidad infantil no es del todo efectivo.

Cuanto antes se detecte el problema de sobrepeso en el niño y lo trate, mejor será el resultado.

El tratamiento solo será efectivo si el niño cuenta con el apoyo y el estímulo de su familia.

Es más fácil cambiar la conducta de los niños que de sus padres, aunque si lo consiguen puede favorecer a todos.

El tratamiento no se procesa de igual manera a todos los niños. Se debe considerar el carácter, la disposición, los intereses y las posibilidades de cada niño. Cada niño es un mundo diferente y de igual manera hay que tratarles.


La cantidad de niños obesos se incrementará drásticamente en los próximos años, al igual que las tasas de enfermedad cardíaca, según dos estudios realizados en Estados Unidos y Dinamarca.

“Si no tomamos medidas para revertir la tendencia, los chicos de cada generación futura parecen estar destinados a ser más gordos y enfermarse más que sus padres,” señaló el doctor en un comentario en donde se publicaron los estudios.

Obesidad infantil

El estudio danés, que evaluó a más de un cuarto de millón de niños en edad escolar en Copenhague entre 1930 y 1976, reveló que los chicos con sobrepeso crecieron con más problemas cardíacos, sobre todo los varones.

Cuanto más pesaban en la niñez, particularmente en la adolescencia, mayor era el riesgo de desarrollar problemas de corazón.

Por ejemplo, un chico de 13 años que pesaba 11,2 kilos más que el promedio era un 33 por ciento más propenso que un niño de peso normal a padecer un ataque cardíaco o algún otro problema causado por la enfermedad coronaria a los 60 años.

Los hallazgos “sugieren que más chicos que nunca están enfrentando mayores riesgos de enfermedad coronaria en la adultez,.

Cerca del 17 por ciento de los varones y el 16 por ciento de las mujeres que viven actualmente en Estados Unidos, más de 9 millones de personas en total, tienen sobrepeso.

El segundo estudio indicó que de este grupo, el 25 por ciento de los chicos son actualmente obesos y que la cifra aumentará a entre el 30 y el 37 por ciento en el 2020, cuando los pacientes tendrán unos 35 años.

Para las mujeres en ese grupo, el 32 por ciento de las cuales ahora son obesas, la tasa aumentará a entre el 34 y el 44 por ciento.

Esto conducirá a más casos de enfermedad cardíaca, diabetes e hipertensión a edad más joven y ni los tratamientos agresivos no bastarán para detener la tendencia, indicaron los expertos.

En el 2035, la prevalencia de enfermedad cardíaca habrá aumentado entre un 5 y un 16 por ciento, estimó el equipo.

“Mis colegas y yo predijimos que la obesidad pediátrica reduciría la expectativa de vida en Estados Unidos dos a cinco años a mitad de siglo, un efecto equivalente al de todos los cánceres en conjunto,” dijo Ludwig.


Males que la obesidad puede causar a los niños

- Problemas con los huesos y articulaciones
- Dificultades para desarrollar algún deporte u otro ejercicio físico debido a la dificultad para respirar y al cansancio.
- Alteraciones en el sueño
- Madurez prematura. Las niñas obesas pueden entrar antes en la pubertad, tener ciclos menstruales irregulares, etc.
- Hipertensión, colesterol, y enfermedades cardiovasculares
- Disturbios hepáticos
- Desánimo, cansancio, depresión, decaimiento.
- Baja autoestima, aislamiento social, discriminación.
- Trastornos que derivan en bulimia y anorexia nerviosas
- Problemas cutáneos
- Ocurrencia de diabetes

Según los expertos, la obesidad cuando se manifiesta en la infancia y persiste en la adolescencia, y no se trata a tiempo, probablemente se arrastrará hasta la edad adulta….

Atendamos a los más peques… démosles los mejores productos sin sobresaturarlos…



Niños con sobrepeso

Niños con sobrepeso

Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual. Y van a más: dicen que estas familias están muy equivocadas. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar. En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil como una enfermedad emergente.

Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado. España se ha convertido en el cuarto país de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un 16,1% entre menores de 6 a 12 años de edad, superado apenas por los datos de Italia, Malta y Grecia. Un hecho alarmante en una sociedad que lleva en su “currículo” una de las mejores dietas alimentares del mundo: la dieta mediterránea, y en el cual hace solo cinco años presentaba apenas un 5% de menores obesos.

Antes, la obesidad era un problema exclusivo de los adultos. Hoy en día, esta complicación atinge a personas cada vez más jóvenes. La obesidad en la infancia compromete la salud de los críos. Se puede diagnosticar problemas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, y niveles altos de colesterol. Aparte de eso, los niños pueden desarrollar problemas psicológicos. Las bromas, la intimidación, o el rechazo por parte de sus iguales, pueden llevarles a que tengan una baja autoestima. Son marginados por el aspecto que tienen, y todo ese cuadro pueden generar trastornos como la bulimia, la anorexia, la depresión, y llevarles a tener hábitos extremos como el consumo de drogas y otras sustancias nocivas

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