sábado, 20 de febrero de 2010

TRATAMIENTO DEL CANCER INFANTIL

Es muy importante que se diagnostique el cáncer en su fase inicial para que el tratamiento de la enfermedad sea efectivo, aumentando así las posibilidades de curación. El cáncer infantil se puede curar en la mayor parte de los casos si es detectado a tiempo.

El desconocimiento de las causas del cáncer en la infancia, hace con que muchos síntomas de la enfermedad sean interpretados como dolencias infantiles comunes. El cáncer en los niños se extiende rápidamente y tanto un precoz diagnóstico como un efectivo tratamiento, aumentan las probabilidades de que el niño sobreviva y lleve una vida activa y productiva.

Hasta que se diagnostique un cáncer en un niño es necesario que se haga una gran cantidad de pruebas, algunas molestas y otras más complejas, para determinar el tipo de cáncer que padece, bien como su localización, tamaño y evolución. Sólo a partir de ahí se podrá determinar el tipo de tratamiento más adecuado al caso. Si hay una sospecha de un cáncer, el médico realizará pruebas para determinar el tipo del tumor, y conocer cuál es la extensión de la enfermedad. Se harán analíticas de sangre, estudios radiológicos, y biopsias en casos más especiales. A partir de ahí se optará por el mejor tratamiento para el caso en cuestión.

El tratamiento para el niño enfermo de cáncer

Es recomendable que el tratamiento del cáncer para los niños se ejecute en hospitales especializados en oncología pediátrica, por las adecuadas instalaciones y personal especialmente preparado. Los tratamientos más utilizados son la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y, en casos especiales, el trasplante de médula ósea.

La cirugía se utiliza normalmente para la extracción de un tumor. La quimioterapia, para la destrucción de las células cancerosas, mientras la radioterapia suele ser empleada junto a otras técnicas para combatir la enfermedad a través de radiaciones de alta energía. El tipo de tratamiento que será empleado, dependerá de la clase de cáncer que tenga el niño. Hay casos en que con solo la cirugía es suficiente, y otros en los que se emplea todos las modalidades. Los efectos secundarios existen y deben ser controlados, en lo posible, por el médico. La quimioterapia, por ejemplo, suele provocar la caída del pelo o la aparición de llagas en la boca. De todas formas, gracias a los avances terapéuticos en los tratamientos, la mayoría de los niños con cáncer se curan.

Aparte del especialista y de todo su personal de apoyo, en muchos casos suelen acompañar al niño un psicólogo y, en casos especiales, un fisioterapeuta. El niño necesitará no solo de medicina sino de apoyo psicológico. Hay que apoyarle en todos los sentidos. Mantener al niño siempre animado y asistido le dará más fuerza para superar cualquier problema.

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