lunes, 5 de diciembre de 2011

ADOLESCENTES

Las mamas deben saber que los adolescentes no son ni niños, ni adultos. Deben informarse y aprender a ser mama de un adolescente pues los adolescentes viven una etapa de cambio y crecimiento no solamente físico sino también mental, psicológico y emocional.  El adolescente sigue necesitando el amor, las caricias, la confianza y la disciplina de sus padres pero también la atención, comprensión y paciencia más que en ninguna otra etapa. 
Por los cambios en su cerebro y químicos en su cuerpo, el adolescente puede olvidar cosas o tareas que se le han encargado. También es probable que se sienta muy alegre y de repente este gritando, azotando puertas, llorando o durmiendo largas horas. Todos estos cambios no son porque es un grosero o para hacerte enojar ni nada por el estilo, simplemente que los cambios físicos afectan sus cambios de actitud y sus emociones. El adolescente no tiene control de estos cambios y sufre si nadie le explica lo que siente, le pasa o piensa, su confusión puede ser muy grande si no cuenta con la información, comprensión, atención y amor de un adulto responsable que conozca del tema. Y es más grave el cambio cuando los adultos en la familia son negligentes, abusivos y viven peleando.
Por eso las mamas deben prepararse para esta etapa en los hijos. Una madre que sirva de apoyo, comprensión, atención, respeto y cariño para su hijo y/o hija adolescente debe aprender a tener todas estas cualidades para sí misma primero, solo así podrá proporcionárselas a su adolescente en casa también. Afortunadamente hoy en día hay libros, programas y personas especializadas en estos temas de los que las madres pueden sacar provecho y apoyarse en esta responsabilidad que adquiere toda madre desde que se embaraza.
El mejor regalo este día de las madres es darse a sí misma una vida tranquila, feliz y satisfactoria. Que mejor forma de hacerlo que prepararse para esa responsabilidad tan hermosa que son los hijos y las hijas, esos hijos e hijas que no pidieron venir al mundo y que fue una decisión que como adulta pusiste en tus manos.  Nadie va a venir a educar, cuidar o apoyar a tu hijo, es tu responsabilidad. Pero si no puedes, siempre puedes pedir ayuda a otros adultos o adultas. No saber ser madre no es pecado ni vergüenza, es mas vergüenza serlo y ni siquiera tener el valor y la responsabilidad de aceptarlo y no pedir ayuda.
Las mamas deben observar sus propias actitudes, escuchar sus propias palabras y temas cuando se dirigen hacia sus hijos e hijas y hacia los demás en presencia de sus hijos e hijas. Nadie puede ser más experta en ti misma que tú. Además, los hijos son también unos excelentes maestros cuando te dicen lo que les gusta y lo que no les gusta de lo que tú como mama haces y dices. Escucha y observa a tus hijos, escucha y obsérvate a ti misma, conviértete en tu mejor amiga, en una experta de ti misma primero para que seas una experta siendo mama también.

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