Las  mamas deben saber que los adolescentes no son ni niños, ni adultos.  Deben informarse y aprender a ser mama de un adolescente pues los  adolescentes viven una etapa de cambio y crecimiento no solamente físico  sino también mental, psicológico y emocional.  El  adolescente sigue necesitando el amor, las caricias, la confianza y la  disciplina de sus padres pero también la atención, comprensión y  paciencia más que en ninguna otra etapa.  
Por  los cambios en su cerebro y químicos en su cuerpo, el adolescente puede  olvidar cosas o tareas que se le han encargado. También es probable que  se sienta muy alegre y de repente este gritando, azotando puertas,  llorando o durmiendo largas horas. Todos estos cambios no son porque es  un grosero o para hacerte enojar ni nada por el estilo, simplemente que  los cambios físicos afectan sus cambios de actitud y sus emociones. El  adolescente no tiene control de estos cambios y sufre si nadie le  explica lo que siente, le pasa o piensa, su confusión puede ser muy  grande si no cuenta con la información, comprensión, atención y amor de  un adulto responsable que conozca del tema. Y es más grave el cambio  cuando los adultos en la familia son negligentes, abusivos y viven  peleando.
Por  eso las mamas deben prepararse para esta etapa en los hijos. Una madre  que sirva de apoyo, comprensión, atención, respeto y cariño para su hijo  y/o hija adolescente debe aprender a tener todas estas cualidades para  sí misma primero, solo así podrá proporcionárselas a su adolescente en  casa también. Afortunadamente hoy en día hay libros, programas y  personas especializadas en estos temas de los que las madres pueden  sacar provecho y apoyarse en esta responsabilidad que adquiere toda  madre desde que se embaraza.
El  mejor regalo este día de las madres es darse a sí misma una vida  tranquila, feliz y satisfactoria. Que mejor forma de hacerlo que  prepararse para esa responsabilidad tan hermosa que son los hijos y las  hijas, esos hijos e hijas que no pidieron venir al mundo y que fue una  decisión que como adulta pusiste en tus manos.  Nadie va a  venir a educar, cuidar o apoyar a tu hijo, es tu responsabilidad. Pero  si no puedes, siempre puedes pedir ayuda a otros adultos o adultas. No  saber ser madre no es pecado ni vergüenza, es mas vergüenza serlo y ni  siquiera tener el valor y la responsabilidad de aceptarlo y no pedir  ayuda.
Las  mamas deben observar sus propias actitudes, escuchar sus propias  palabras y temas cuando se dirigen hacia sus hijos e hijas y hacia los  demás en presencia de sus hijos e hijas. Nadie puede ser más experta en  ti misma que tú. Además, los hijos son también unos excelentes maestros  cuando te dicen lo que les gusta y lo que no les gusta de lo que tú como  mama haces y dices. Escucha y observa a tus hijos, escucha y obsérvate a  ti misma, conviértete en tu mejor amiga, en una experta de ti misma  primero para que seas una experta siendo mama también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario