DORMITORIOS DE NIÑOS

Si estás preparando el cuarto que ocupará tu hijo, puede serte útil conocer algunas claves para amueblarlo y decorarlo siguiendo los fundamentos del Feng Shui, una milenaria filosofía oriental que asegura equilibra las energías.

Así, no hace falta ser un gran iniciado en esta corriente, sino simplemente realizar ajustes que hagan de la habitación del bebé  un sitio donde  se sentirá tranquilo y a gusto.

Lo ideal es elegir una habitación alejada de la puerta de entrada de la casa, que tenga forma cuadrada o rectangular pero no en “L”, con luz natural y ventilación, y que su ventana esté dirigida hacia el este para recibir la energía del sol naciente. Los colores a elegir deben ser claros: verde, el azul, los tonos crudos, el amarillo maíz o el beige transmiten tranquilidad y ayudarán a que el niño se relaje. Evitar el blanco o el amarillo, como también un exceso de objetos.

La cuna debe apoyar el cabezal contra una pared, no contra una ventana, y con un espejo enfrente. Claro que hay que recordar no colocar cojines o peluches, y además que esté alejado de tomacorrientes, cables y aparatos eléctricos a los que el niño podría acceder cuando crezca.

Lo mejor es que los muebles tengas los cantos redondeados, no sólo por seguridad sino para evitar la disipación de la energía según el Feng Shui. Mejor si los muebles son de maderas y materiales naturales, evitando los sintéticos.