Si un niño se enferma, seguramente la rutina y las cosas cotidianas cambiaran, apareciendo el miedo y la ansiedad. La pérdida de normalidad afectará a los otros niños.
Es normal que estén preocupados pensando que sus hermanos van a morir. También tendrán miedo de enfermarse ellos u otros miembros, que hasta ese momento estaban sanos.
Al ver el cuidado que los padres tendrán para sus hermanos enfermos, los niños sanos podrán sentir un cierto grado de abandono. Y como son niños tendrán sentimientos encontrados al respecto, por momentos sentirán pena por su hermano, pero por otro lado tendrán envidia de que su hermano no tengan que hacer la misma cantidad de tareas que él, o que se gaste mucho más dinero del esperado por su enfermedad.
Podrán también sentirse tristes, sintiendo nostalgia del pasado, como era todo antes de la enfermedad, como podían jugar juntos.
La forma de demostrar todos estos sentimientos puede ser variada y se demostraran con diferentes conductas. Lo importante es que ellos sientan que tienen un lugar, en medio de tanta confusión, para demostrar sus emociones.
Normalmente, esta situación podrá generar estrés en los niños, lo que causará cambios relacionados con el sueño. Estado de animo cambiante, mal funcionamiento en las tareas escolares, conductas de regresión.
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