"La primera enfermedad bucal que debe prevenirse es la caries dental, y de 0 a 3 años se presentan muchos casos de la llamada caries de biberón o tetero, por la costumbre que tienen muchos padres de agregarle azúcar a la leche; además, muchas veces el bebé se queda dormido con el tetero y durante horas los azúcares extrínsecos van descalcificando los dientes”, afirmó Miguel Perea Paz, odontopediatra, profesor jefe del departamento académico de Estomatología del Niño y del Adolescente de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, de Lima.
Perea Paz plantea reeducar a los padres que temen que sus hijos rechacen la leche sin azúcar añadida, cuando en realidad es un hábito que le crearon desde recién nacido y que, poco a poco, disminuyendo diariamente la cantidad de azúcar, pueden eliminarle del todo. “Cada día recibimos pacientes de edades más tempranas, gracias a que la población está mal informada de la importancia de la prevención. Anteriormente la gente acudía al odontólogo cuando sentía algún dolor, ahora se sabe que cualquier tipo de patología, diagnosticada con anticipación, tiene mayores posibilidades de evitarse o reducir su impacto”, dijo Perea Paz.
El especialista considera que la prevención comienza antes de que nazca el niño, con los cuidados que debe tener la madre en cuanto a la ingesta de calcio, para fortalecer dientes y huesos del feto. Luego, los padres deben llevar a consulta a sus bebés cuando les broten los primeros dientes, lo cual suele ocurrir alrededor de los seis meses.
“Cuando el niño crece -recomienda Perea Paz- hay que vigilar que se cepille los dientes después de cada comida, prepararle en las loncheras más sandwiches y frutas que golosinas, y llevarlo al odontólogo periódicamente. El cepillado dental antes de dormir es el más importante de todos, pues cuando dormimos segregamos menos saliva, la cual es un protector natural de los dientes”.
Soplando la sopa
Es una costumbre que debemos evitar, pues “de esta manera les trasmitimos a los niños muchas bacterias causantes de enfermedades, así que el mejor recurso es planificarse, para que la comida esté a la temperatura correcta al momento de ofrecerla al niño”