Ojo con la vista
Los estudios señalan que aproximadamente 20 por ciento de los niños necesitan de alguna corrección visual.
Miopía, astigmatismo o hipermetropía son algunos de los problemas oculares más comunes en los niños. Cuando un niño no ve bien sus habilidades y percepciones se reducen y eso supone que está en desventaja a la hora de recibir información. No ver bien la pizarra le impide seguir correctamente las explicaciones del profesor.
Además, al no leer correctamente no puede estudiar bien y el resultado son malas notas. Por eso detectar precozmente, acudir al oculista y corregir cualquier problema no sólo mejorará la salud visual del menor, sino también su rendimiento académico.
Hasta los dos años un niño no desarrolla complemente su órgano visual, aunque hasta los cinco años no alcanzará el cien por cien de agudeza visual. A diferencia de los adultos, los niños no notan que su visión no es buena, creen que todas las personas ven igual que lo hacen ellos, así que deben ser los padres y los profesores los que tienen que detectar cualquier signo que pueda alertar de un problema en la vista.
Problemas más frecuentes
Entre los problemas más frecuentes de la vista destaca la miopía y los niños que la sufren no ven correctamente los objetos que se encuentran lejos. Los menores miopes suelen apretar los ojos para enfocar mejor.
Por su parte, la hipermetropía es un defecto que provoca una visión borrosa de los objetos cercanos. Los niños hipermétropes suelen presentar dolor de cabeza y ojos, pestañean frecuentemente y suelen presentar lagrimeo.
Otro de los problemas visuales más habituales es el astigmatismo, que hace que se perciban las cosas deformadas independientemente de que estén lejos o cerca y puede estar asociado además tanto a la miopía como a la hipermetropía
El típico ojo vago consiste en la pérdida parcial de la visión en uno o en los dos ojos y de tratarse antes de los siete años es fácilmente
corregible, pero en caso contrario puede afectar seriamente a la visión.
Por último, el estrabismo es una pérdida de paralelismo de los ojos en donde cada uno de ellos mira en dirección diferente.
Algunos signos que pueden esconder un problema
En bebés:
-Los ojos tiemblan o se desvían sin motivo alguno
-No siguen la cara de los padres
-Las pupilas son opacas, demasiado grandes o pequeñas
En niños:
-Se sienta muy cerca de la televisión y tiene mala postura cuando lee
-Se queja constantemente de dolor de cabeza y de ojos cansados.
-Escribe muy cerca del papel
-No puede leer a distancia.
-Comprime los ojos para ver algo que está alejado.
-Parece torpe en los movimientos
-Presenta excesivo lagrimeo y escozor en los ojos.
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