Los buenos viejos tiempos eran como los recordaba, simplemente eso, buenos viejos tiempos.
Niños del siglo XXI
Un juego de rayuela, escondidas e incluso un partido de beisbol no faltaban nunca en un día de diversión a los trece años
en los buenos viejos tiempos. Por supuesto todas las cosas buenas deben concluir y nos mandaban a lavarnos las orejas luego de terminar de jugar para acostarnos, mientras que los niños del siglo XXI se cubren el rosto durante la guerra de bolas de pintura o mienten sobre su edad para poder entrar a discotecas nocturnas
en los buenos viejos tiempos. Por supuesto todas las cosas buenas deben concluir y nos mandaban a lavarnos las orejas luego de terminar de jugar para acostarnos, mientras que los niños del siglo XXI se cubren el rosto durante la guerra de bolas de pintura o mienten sobre su edad para poder entrar a discotecas nocturnas
Si tienen éxito en la misión de aparentar unos años más, bailarán toda la noche hasta el amanecer, mientras que recuerdo que al terminar de jugar, debía colgar mis calzones color azul marino para que se sequen y los pueda usar el día siguiente al ir al colegio La naturaleza y la actitud de los niños del siglo XXI es tan diferente a la que teníamos nosotros. Los chicos de hoy tienen un estilo de vida que no es propio de los niños , entonces me pregunto. ¿Donde están los responsables de esto? Recuerdo las palabras de mi madre en los buenos viejos tiempos, “¡La cena está lista!”; ahora es “¿Qué te gustaría cenar?” Otro dicho muy común de nuestras madres solía ser “No puedo costear eso”. Las madres del siglo veintiuno, en cambio, trabajan un turno extra.
Y en los buenos viejos tiempos, las amenazas que nos proferían nuestras madres, amenazas como ‘¿Estás buscando un buen lugar para esconderte?’, ‘No, no estoy buscando un buen lugar para esconderme’, pero a nadie se le hubiese ocurrido contestar, al menos por supuesto que se estuviese buscando otra bofetada. Hoy en día las cosas se han invertido, viviendo las madres bajo constantes amenazas de sus hijos.
‘¿Donde están los responsables de esto?’, me pregunto una vez más. La bebida era algo estrictamente para adultos en los buenos viejos tiempos y no para los adolescentes de la esquina que hasta hace poco utilizaban babero. Las drogas, en los buenos viejos tiempos, eran recetadas por los médicos, no por traficantes; los únicos que repartían en aquella época eran los repartidores de cartas durante los juegos de “Chancho”. ¿Podrán los niños del siglo XXI aprender alguna vez? Sí si poseen los maestros adecuados, siendo ellos mamá y papá, y a medida que su estudiante estrella comience a crecer, aprenderá a respetar a sus mayores.
Dándole a su hijo todo lo que necesite y quiera no es ayudarlo para el cruel mundo que existe afuera; enséñele a plantarse en sus dos piernas, y si eso significa tener que volver a los buenos viejos tiempos, entonces volvamos. Y la verdad que no es desagradable de escuchar la risa del niño creciendo a su propio ritmo. Creo que todos sabemos donde yace la respuesta de por qué los niños del siglo XXI ya no se ríen más
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