lunes, 16 de enero de 2012

A los niños, cuando son pequeños les cuesta mucho compartir, pasan por la etapa de “mío” y se enfadan mucho cuando otro niño, bien sea un amiguito, su hermano… coge su juguete, su pelota… Hasta los cuatro años, los niños no desarrollan la teoría de la mente, es decir, no son capaces de ponerse en el lugar del otro, por eso, no nos vale decirle, “tienes que compartir porque a ti también te gusta que te dejen los juguetes”. Evolutivamente hablando, todavía no son capaces de ponerse en el lugar del otro, según el sitio guiainfantil.com

¿Qué hacemos para enseñar a compartir a los niños?

1. Cuando los niños son pequeños, basta que les digamos que tenemos una norma en la familia, “compartir”, que además coincidirá con la que tengan la escuela infantil o en el colegio. Las explicaciones a esta edad tienen que ser sencillas, “hay que compartir”, y cuando no lo hacen, basta con retirar la atención al niño. Se la daremos al niño o al hermano que sí está compartiendo. De nada nos sirven las grandes charlas o los discursos que todavía no comprende, y con lo que además consigue atención.

2. Cuando el niño ya es más mayor, a partir de los 5 años, ya podemos entrar en explicaciones más complejas. A esta edad, empiezan a ser capaces de ponerse en el lugar del otro, y pueden llegar a entender que tienen que dejar sus cosas porque a ellos también les gusta que los demás compartan con ellos.

Fechas para compartir

Fomentar el valor de compartir es algo que tenemos que hacer todos los días del año, no sólo en Navidad. No obstante, podemos aprovechar estas fechas para hacer algo más especial, como por ejemplo, entregar nuestra ayuda y nuestras cosas a los que más lo necesitan.
Muchas veces, en los propios ayuntamientos, en los barrios o en las parroquias se organizan actividades para los niños que implican compartir, no sólo los juguetes, sino también el tiempo. Así podemos ir a cantar villancicos a residencias de ancianos, jugar con otros niños, compartir el tiempo, los juguetes y el material escolar con los demás, como parte de un aprendizaje que debemos fomentar en los niños durante todo el año.

Lo que no debemos hacer es castigar al niño por no compartir, o decirle que es egoísta o entrar a regañarle. Es mejor decirle que cuando no comparte, entonces nosotros no queremos jugar con él, y que cuando comparte sí. Es importante que entendamos que el niño no es “egoísta”, sino que tiene que aprender a compartir, porque cuando son pequeños les cuesta más, y en ocasiones no entienden que ellos prestan algo y que les pueden dar algo a cambio, y que luego se lo van a devolver.

Compartir es mucho más que el hecho material de prestar algo, abarca también otros valores como la entrega, la dedicación y el tiempo. Para aprender a compartir el tiempo, en ocasiones, son muy útiles los juegos de turnos en los que el niño tiene que esperar a que le toque a él, mientras la atención la tiene otro niño.


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