martes, 24 de abril de 2012

PLACENTA PREVIA



¿Qué sucederá si me diagnostican placenta previa?

Depende de lo avanzado que esté el embarazo. No te asustes si el ultrasonido del segundo trimestre muestra una placenta previa. A medida que progrese tu embarazo, es probable que la placenta "emigre" alejándose del cuello uterino y deje de ser un problema.

Dado que la placenta se implanta en el útero, en realidad no se mueve, pero puede terminar más lejos del cuello uterino a medida que el útero se expande. Además, a medida que la placenta crece, es probable que lo haga hacia la parte superior del útero, donde el flujo de sangre es más rico.


Si te detectaron placenta previa durante  el segundo  trimestre
, se te hará un ultrasonido de seguimiento a principios del tercer trimestre para controlar la ubicación de la placenta. Si mientras tanto tienes alguna , hemorragia vaginal se hará una ecografía para ver qué está sucediendo.

Sólo un pequeño porcentaje de las mujeres a las que se les detecta placenta previa, en el ultrasonido que se realiza antes de las semana 20 de embarazo, aún la tienen cuando dan a luz.


Es más probable que la placenta que cubre completamente el cuello uterino permanezca en esa posición comparada con una placenta que lo bordea (marginal) o está cerca (baja). En general, los casos de placenta previa se dan en uno de cada 100 partos.

¿Qué sucederá si persiste la placenta previa?

Si el ultrasonido de seguimiento revela que la placenta sigue cubriendo o está demasiado cerca del cuello uterino, te pondrán en "reposo pélvico", lo cual significa que no debes tener relaciones sexuales o exámenes vaginales durante el resto del embarazo.

Además te recomendarán que te tomes las cosas con calma y evites actividades que podrían provocar una hemorragia, tales como tareas del hogar que requieran esfuerzos, hacer deporte, o levantar objetos pesados.


Si tienes placenta previa en el momento de dar a luz necesitarás una cesárea. Una placenta previa completa bloquea la salida del bebé, pero incluso si apenas bordea el cuello uterino, necesitarás una cesárea en la mayoría de los casos, ya que la placenta podría sangrar mucho al dilatarse el cuello uterino.


Es posible que tengas sangrado vaginal (sin dolor) durante  el tercer  trimestre
. Si comienzas a sangrar o a tener contracciones, tendrán que hospitalizarte. La hemorragia por placenta previa se presenta cuando el cuello uterino comienza a acortarse o dilatarse (aunque sea un poco) y rompe los vasos sanguíneos de esa área.

Lo que suceda después dependerá de lo avanzado que esté el embarazo y de la intensidad de la hemorragia. También dependerá del estado en que se encuentran tú y el bebé. (Ten en cuenta que si tienes hemorragia y eres  Rh negativo , necesitarás una dosis de inmunoglobulina Rh, a menos que el padre del bebé sea también Rh negativo).


Si el embarazo llega a término, te harán una cesárea
de inmediato. Pero si el bebé aún es prematuro , harán una cesárea sólo en caso de que su condición lo justifique o si tienes una hemorragia severa que no se detiene.

De lo contrario, estarás en observación en el hospital hasta que se detenga la hemorragia. Si tienes menos de 34 semanas de embarazo, quizás te administren  corticosteroides
para acelerar el desarrollo pulmonar del bebé y prevenir otras complicaciones en caso de que tenga que nacer de forma prematura.

Si la hemorragia se detiene, y tanto tú como tu bebé están en buen estado de salud, probablemente puedas irte a casa. Pero tendrás que regresar al hospital de inmediato si tienes otra hemorragia. Si tú y el bebé siguen bien y no es necesario que nazca de inmediato, se programará una cesárea para cuando cumplas las 37 semanas.


Al hacer esa decisión, tus doctores y especialistas sopesarán los beneficios de dejar al bebé más tiempo dentro de tu vientre contra los riesgos que eso podría generar, aunado a la posibilidad de un sangrado excesivo y la necesidad de una cesárea de emergencia.

¿Qué otras complicaciones puede causar la placenta previa?

Tener placenta previa aumenta el riesgo de hemorragias severas, no sólo durante el embarazo, sino además durante y después del parto. Éstos son los motivos:

Después de que el bebé nace por cesárea, el obstetra extrae la placenta y la madre recibe Pitocina (y posiblemente otros medicamentos). Esto hace que el útero se contraiga, lo cual ayuda a detener la hemorragia del área donde estaba implantada la placenta.


Pero cuando tienes placenta previa, la placenta se implanta en la parte de abajo del útero, la cual no se contrae tanto como la parte superior, de modo que las contracciones no son tan eficaces para detener la hemorragia.


Las mujeres que tienen placenta previa también tienen más probabilidades de tener una placenta que se implanta profundamente y no se desprende con facilidad durante el parto. Esto se conoce como placenta accreta.


La placenta accreta puede causar hemorragia severa, y es probable que se requiera una histerectomía (extirpar el útero) para controlar la hemorragia, y una transfusión de sangre.


Los casos de placenta accreta van en aumento, al mismo tiempo que los partos con cesárea. Y es que una mujer que tiene placenta previa es más propensa a desarrollar placenta accreta, cuando ya tiene una cesárea.


Finalmente, es posible que debas dar a luz de forma prematura y que tu bebé tenga bajo peso al nacer y sufra de problemas respiratorios.

¿Quién tiene un mayor riesgo de placenta previa?

La mayoría de las mujeres que desarrollan placenta previa no presentan factores de riesgo aparentes. Pero si alguna de las siguientes características coincide con las tuyas, tendrás mayor probabilidad de tener esta complicación:
• Has tenido placenta previa en un embarazo previo.
• Estás embarazada de mellizos o gemelos o tienes un embarazo múltiple.
• Has tenido cesáreas antes (mientras más cesáreas hayas tenido, mayor será el riesgo).
• Has tenido alguna otra cirugía uterina (como un raspado o extracción de fibromas).
• Fumas.  consumes  cocaina


Además, mientras más bebés hayas tenido y más edad tengas, mayor será el riesgo.

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