Durante nueve meses alojamos a nuestro bebé en nuestra panza sin preocuparnos por los colores o la mueblería que lo rodea. Pero cuando nuestro hijo nazca va a necesitar un espacio propio donde crecer, jugar y aprender, libre y cómodamente.
Necesitamos empezar pensando funcionalmente ¿vamos a decorar la habitación sólo para los primeros tiempos o pretendemos que le dure varios años? Por ejemplo, si podemos optar por redecorar luego de los primeros meses, para ese primer período es recomendable utilizar colores contrastantes –negro, blanco, rojo- porque el bebé no tienen su visión desarrollada del todo y sólo puede percibir esas diferencias extremas de tonalidades. Si en cambio pensamos en una habitación que lo acompañe a través del tiempo, colores pasteles que le den sensación de tranquilidad y paz son la mejor opción. Es interesante salir de los clásicos rosa y celeste y optar por amarillos o beiges.
Luego, debemos tener en cuenta varios factores: la seguridad, la comodidad y el ambiente. Con respecto a los muebles, en una primera instancia necesitaremos una cuna, un cambiador y un armario (si podemos darnos el lujo, un sillón o mecedora nos servirá especialmente para cuando lo alimentamos de noche). Pasado un tiempo, tendremos que agregar un baúl para guardar los juguetes, y quizás una mesa y sillita cuando empiece a dibujar. A la hora de adquirir cualquiera de ellos, y después de asegurarnos que cumplan con los reglamentos de seguridad vigentes, tengamos en mente que siempre es mejor ir por los modelos sencillos. Hay diseños un tanto recargados que se vuelven peligrosos por la cantidad de detalles pequeños que tienen en relieve, por ejemplo.
La luz es otro tema importante. Es recomendable contar con dos clases de iluminación en la habitación: una general, en el centro del techo; y otra auxiliar, que pueden ser del tipo medialuna y estar ubicada en una de las paredes. Esta última tienen dos utilidades principales: nos sirve para no iluminar todo el lugar cada vez que vamos a atender al bebé de noche, y también cuando vaya creciendo, para dejarla prendida si tiene miedo a la oscuridad. Además, debemos contar con unas buenas cortinas, de preferencia de alguna tela que no absorva polvo, para poder administrar la luz en los momentos de siesta.
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