La gripe afecta a niños, adultos y personas mayores de edad, pero los
menores que concurren a la guardería, al jardín de infantes o al
colegio primario siempre están más expuestos a padecer enfermedades infecciosas que el resto de los grupos etáreos
Según estadísticas difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría, los niños se ven afectados por la gripe hasta 4 veces más que los adultos.
Es así que en tiempos de epidemia, los más pequeños llegan a picos de
42% mientras que la incidencia en mayores de edad varía del 5 al 10%.
Además, son el grupo que más transmite el virus: un joven o
adulto puede contagiar durante 2 o 3 días mientras que los niños pueden
hacerlo por más de 1 semana.
Es fundamental la pronta consulta a un profesional médico ante la aparición de los primeros síntomas:
fiebre, escalofríos, tos seca, estornudos, goteo nasal, molestias en la
garganta, lagrimeo, dolor de cabeza y/o dolores musculares. Dentro de
sus complicaciones se encuentran la otitis media aguda, sinusitis,
laringitis y neumonía.
Las personas con más riesgo de presentar complicaciones son
los niños menores de 5 años, personas con enfermedades crónicas
(cardíacas, pulmonares, renales, diabéticos, inmunocomprometidos, que
reciban aspirina o medicación que baja sus defensas), enfermedades
neurológicas que producen discapacidad motora, obesos y embarazadas. Si sobrevienen las complicaciones, la recuperación puede ser más compleja, pudiendo comprometer la vida de esa persona.
Se debe aplicar la vacuna antigripal según lo establece el
Calendario Nacional de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación a
todos los que tienen alguna condición de salud que los hace más
vulnerables a tener complicaciones, como mencionamos en el
párrafo anterior, y a todos los mayores de 65 años, embarazadas, niños
de 6 a 24 meses, y padres de niños menores de 6 meses de vida, tengan o
no alguna condición especial de salud.
El Ministerio de Salud la dará en forma gratuita a los denominados
grupos de riesgo pero también se puede vacunar toda aquella persona que
desee estar protegido contra la gripe este invierno. En este sentido, es
acertado que los adultos (padres, familia, maestras, etc.) que entran
en contacto con los más pequeños también se vacunen porque de esta
manera generan una especie de barrera protectora que ayuda a disminuir o
impedir la transmisión del virus.
La vacuna antigripal reduce hasta un 90% las posibilidades de contraer la enfermedad. Aun así, si existe contagio, el riesgo de desarrollar complicaciones disminuye considerablemente.
Las cepas del virus de la influenza cambian con mucha frecuencia.
Cada año, expertos de la FDA, OMS, los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades de los EEUU (CDC) y otras instituciones
estudian muestras de virus obtenidas en todo el mundo para identificar
los virus de la influenza que tienen mayores probabilidades de causar
enfermedades durante la próxima temporada de gripe de manera que la
gente pueda estar protegida contra ellos a través de la vacunación. Para el Hemisferio Sur durante 2012, la OMS recomendó que la formulación sea la misma que la utilizada en 2011:
la vacuna trivalente que se administrará en la Argentina está compuesta
por virus muertos o inactivados, con las siguientes cepas:
1- Virus Influenza Tipo A:
* A/California/7/2009 (H1N1)- cepa análoga
* A/Perth/16/2009 (H3N2)- cepa análoga
2- Virus Influenza Tipo B:
* B/Brisbane/60/2008- cepa análoga
La inmunidad que genera la vacuna antigripal es transitoria y dura muy poco tiempo por lo que debe aplicarse cada año, aunque se haya recibido la misma vacuna la temporada invernal anterior.
Esquema y dosis de vacunación
La pauta general es de una sola dosis anual, aunque en el
caso de los niños, si tienen menos de 9 años y es el primer año que se
vacunan contra la gripe, se recomiendan dos dosis, la segunda un mes
después de la primera.
Los niños menores de 3 años, reciben la mitad de la dosis de los mayores.
El momento de aplicación es el comienzo del otoño.
Existen diferentes estudios que reflejan el papel fundamental de la
vacunación antigripal en los niños más pequeños donde queda demostrado
la reducción de transmisión del virus hacia su círculo más cercano y la
comunidad.
La vacuna tiene muy pocas contraindicaciones, una de
ellas es la alergia mayor al huevo. En el caso de antecedentes de
angioedema, dificultad respiratoria, mareo o vómitos recurrentes
inmediatamente o de minutos a horas después de una exposición al huevo, o
el antecedente de haber recibido medicaciones especiales como
adrenalina u otras medidas médicas urgentes, deben consultar antes de
aplicarse la vacuna. Tampoco se recomienda su aplicación a las personas
que hayan tenido alergias graves con dosis anteriores de vacuna
antigripal.
Asesoró: doctora Liliana Vázquez, médica infectóloga (MN 67.434),
miembro de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP)
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