domingo, 17 de enero de 2010

ELSEXO Y LOS NIÑOS

Algunos mayores nos azoramos y no sabemos como reaccionar cuando los niños nos preguntan sobre el sexo, debemos responder a sus preguntas con naturalidad. Los mayores debemos ser capaces de resolver a los niños cualquier duda que tengan respecto al sexo.


Ana Westley en su libro: "Cómo se hacen los niños", explica la unión sexual con las siguientes palabras: "Para hacer un niño hacen falta dos personas, un hombre y una mujer. Tu madre y tu padre... Para hacer un niño, la semilla del hombre tiene que encontrar el óvulo que ha salido del ovario de la mujer. ¿Cómo puede entrar el esperma del hombre en la matriz de la mujer? Metiendo el pene del hombre en el agujero de la mujer llamado vagina". Con estas palabras, la autora intenta explicar de la manera más natural y clara, el acto sexual.

Antes de los 5 años, los niños tienden a centrarse en su propio mundo, descuidando su medio ambiente. Según Erick Erickson a partir de los cinco años, empieza su formación y desarrollo basándose principalmente en su entorno y las asociaciones que hacen a partir de todas las ideas que los rodean. Para este notable psicólogo, esta etapa es de suma importancia y es el momento en que los padres deben aprovechar para lograr en la medida de lo posible, la mejor educación sexual; porque en este momento surgen numerosas interrogantes y las dudas sexuales, obviamente están en los primeros lugares.

Generalmente es el propio niño quién toma la iniciativa en sus dudas. Una de las primeras interrogantes que se hacen es acerca de sus órganos genitales, sobre las diferencias entre los niños y las niñas. Comienzan a observarse a sí mismos, compararse con sus padres e inconscientemente llegan a la conclusión de que los seres humanos se dividen en dos grupos: masculino y femenino. Cuando el niño, asombrado ante el misterio de la existencia le pregunta a sus padres de dónde provienen los niños y los padres responden con evasivas. Desde ese momento, el niño sufre una decepción y es cuando aprende a disimular sus curiosidades.

Los padres no deberían escandalizarse ante las primeras manifestaciones eróticas que experimentan los niños. Muchas investigaciones han demostrado que durante el baño, empiezan a sentir sensaciones satisfactorias o pueden ser sorprendidos tocándose sus propios órganos sexuales y ante este hecho, los padres se escandalizan, se preocupan. Osho, uno de los pensadores más grandes de la India, señala en su obra: "El Libro del niño" que cuando un pequeño nace, tocarse el cuerpo es la manera más natural y espontánea de reconocerse, de valorarse; porque se sumerge en un periodo narcisista y ama inmensamente su cuerpo. Es así que tocarse los órganos sexuales, le provoca un gran placer. "El niño juega con sus órganos sexuales sin saber que son órganos sexuales. Todavía no ha sido acondicionado; percibe su cuerpo como una unidad. Y sin duda, los órganos sexuales son la parte más sensible de su cuerpo".

Es preciso que los padres no se sorprendan con estos acontecimientos; porque entre los 3 y 6 años empieza la curiosidad sexual. Si se censura y castiga, generaríamos sentimientos de rechazo, culpabilidad y temor hacia su vida íntima. En palabras del mismo Osho: "Profundamente, en su psicología comienza a castrarse, y la energía retrocede". No olvidemos que las sensaciones y situaciones que vivimos durante los primeros seis años de vida, quedan grabadas en nuestra mente; después se produce un olvido parcial, pero todo va a parar al subconsciente.

Es muy probable que el niño haya recurrido a la autocomplacencia por aburrimiento o no tener nada mejor que hacer. Nunca reaccionemos de manera negativa ante estas demostraciones; porque numerosas represiones sexuales, hacen que los niños en su adolescencia y edad adulta padezcan de neurosis y tabúes. No es malo que él niño se toque. Nunca lo regañemos, ni basemos nuestra educación en torno "al que dirán" los demás. Siempre pensemos lo mejor para nuestro hijo. Lo que podemos hacer es estimularlos en otras actividades, para distraer su atención, en otros intereses.

Con relación a las preguntas sobre cómo nacen los niños o cualquier otra de índole sexual, los padres deben prestar la máxima atención. Nunca respondan: "esas cosas no te interesan" o "estás muy pequeño para saberlo". Nuestras respuestas deben ser claras, sencillas. Por ejemplo, podrían decirles: "la mamá dentro de su cuerpo, tiene un lugar especial que se llama útero, donde se forman los niños. Los niños van creciendo y alimentándose en el interior de mamá por medio del cordón umbilical". Cuando hablemos sobre los órganos genitales, siempre debemos utilizar los nombres científicos, como son el pene y la vagina.

Por otro lado, se ha discutido mucho si es conveniente que los niños vean desnudos a sus padres. En la actualidad se considera que el desarrollo adulto de los órganos sexuales, pueden generar ansiedad, pudiendo ser una imagen perturbadora y negativa al compararlos con sus propios órganos; pero si los niños descubren casualmente desnudos a sus padres, estos no deben ocultarse como si escondieran algo malo. Si el niño a partir de ese momento empieza a formularle algunas preguntas, es el momento oportuno para empezar a responder con naturalidad.

La sexualidad debe dejar de ser un tema tabú, porque ella forma parte de la vida y la armonía entre las parejas. Introducir a los niños en los misterios naturales de la vida, es un reto maravilloso. No debemos privar a nuestros hijos de explicaciones claras y honestas. La naturaleza ha dispuesto el interés espontáneo de los niños por su propia sexualidad. La enseñanza no servirá para despertar deseos sexuales, sino que hará que los niños vean estas cuestiones como propias del ser humano. Citando las palabras del mismo San Clemente de Alejandría: "No nos puede avergonzar hablar de lo que Dios no se avergonzó en crear". Por todo esto, la educación sexual es de vital importancia en la formación de toda persona y desde un inicio debe ser enfrentada con conocimiento, madurez y naturalidad.

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