Entre los 12 y los 15 meses
Los niños de esta edad deben ser capaces de balbucear una amplia gama de sonidos y, al menos, una o más palabras (sin contar "mamá" y "papá"). En general, las primeras palabras que aprenden son sustantivos sencillos, como "bebé". Su hijo también debe ser capaz de comprender y seguir instrucciones sencillas (por ejemplo, "Por favor, alcánzame el juguete").
Entre los 18 y los 24 meses
A los 18 meses, los niños deberían contar con un vocabulario de, aproximadamente, 20 palabras, y de 50 o más palabras parciales al llegar a los 2 años. A esta edad, los niños deberían estar aprendiendo a combinar dos palabras, como "bebé llora" o "papá grande". A los 2 años, los niños también deben ser capaces de seguir órdenes que incluyan dos pasos (como "Por favor, levanta el juguete y tráeme la taza").
Entre los 2 y 3 años
Los padres suelen ser testigos de una "explosión" en el habla de sus hijos. El vocabulario de su hijo debe aumentar (a un ritmo en el que no se pueden contar las palabras) y debe combinar, en forma rutinaria, tres o más palabras para formar oraciones. También debe incrementarse la comprensión de su hijo; a los 3 años, debe comenzar a comprender el significado de "colócalo en la mesa" o "colócalo debajo de la cama". También debe comenzar a identificar los colores y comprender conceptos descriptivos (por ejemplo, grande en contraposición a pequeño).
¿Cuál es la diferencia entre habla y lenguaje?
A menudo, los conceptos de habla y lenguaje se confunden, pero existen diferencias entre ambos:
- El habla es la expresión verbal del lenguaje e incluye la articulación, que es la manera en la que se forman las palabras.
- El lenguaje es mucho más amplio y se refiere a todo el sistema de expresión y recepción de la información, de una manera que tiene sentido. Consiste en comprender y ser comprendidos por medio de la comunicación verbal, no verbal y escrita.
Si bien los problemas en el habla y el lenguaje son diferentes, con frecuencia se superponen. Tal vez, un niño con un problema de lenguaje pueda pronunciar las palabras correctamente, pero no sea capaz de unir más de dos palabras. Por el contrario, tal vez sea difícil comprender el habla de otro niño, pero es posible que éste utilice palabras y frases para expresar sus ideas. Probablemente, otro niño hable correctamente, pero tenga dificultades para seguir instrucciones.
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