de sol ya que su piel es muy sensible.
Horario limitado para bebés en la playa
A los mayorcitos, es decir, los de a partir de 8 meses, se les puede llevar a la playa pero dentro de un horario limitado. Por ejemplo, de 9 a 10 y media de la mañana y por la tarde después de las 5 horas. Así les estarás protegiendo de los rayos de sol más dañinos y peligrosos. Pueden mojar sus piecitos en el mar si lo desean y jugar con arena, pero no le pierdas de vista por si lleva algo a la boca.Los niños pequeños disfrutan mucho jugando con la arena pero procura que estén en todo momento bajo una sombrilla. La arena también refleja las radiaciones. Por esta razón, mantenga a tu hijo siempre vestido con una camiseta de algodón y una gorra. Si tu hijo ha jugado por la mañana en la playa, es conveniente que antes o después de almorzar, el niño descanse y eche una siesta. Por la tarde, podéis elegir un paseo distinto en lugar de volver a la playa.
Cuidados a la orilla del mar con los niño y bebés
Para los que optaron por irse a la playa con niños pequeños, hemos seleccionado algunos consejos que os servirá de orientación a la hora de "bucear" en el mundo del mar.1- No es aconsejable llevar a bebés menores de 6 meses a la playa, mismo porque a los bebés de esta edad no se les puede aplicar crema protectora. Podría causarles reacciones alérgicas. A partir de los seis meses tendrías que hacer una prueba:aplicar la crema en la cara interna del antebrazo y observar si la tolera bien.
2- Usar crema protectora en los bebés y niños. Elegir una crema con un fator protector superior a 30 y que sea resistente al agua. Extenderla por todo el cuerpo, incluidas la nuca, los pies, mans, y orejas, por lo menos media hora antes de ir a la playa. No olvidarse de renovarla con frecuencia.
3- Si vas de paseo con tu hijo, no te olvides de llevar siempre una sombrilla colgada a la sillita, y un gorrito bien puesto en su cabeza.
4- Viste a tu hijo con ropa muy ligera, de algodón.
5- Seria conveniente que llevaras siempre una botellita de agua para tu hijo. Los niños pequeños se pueden deshidratar fácilmente. Los más pequeños, los lactantes ya estarán hidratados con solo ofrecerles leche (de pecho o biberón). Para garantizarles un agua fresquita, una buena idea es llevar una pequeña nevera portátil. En ella podrás llevar también algo de fruta y/u otra cosa refrescante.
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