domingo, 19 de septiembre de 2010

NIÑOS DE HOY

Los pequeños de hoy son muy diferentes de los de hace sólo unos años. La diferencia que vemos en estos menores desde los 3 ó 4 años en adelante es impresionante.
Primero que todo son de una verbalidad precoz. Todo lo hablan y lo comentan como si fueran adultos. Oír hablar a un niño de preescolar de hoy es igual a escuchar a un niño de 8 años a finales del siglo 20.
Todo esto se debe a la hiperestimulación que existe ahora. Son pequeños que, por su precocidad, se sienten con muchos derechos y pocos deberes. Son irrespetuosos y actúan de manera impulsiva y egocéntrica.
Cada uno se siente protagonista y, al entrar a los colegios, les es difícil compartir y convivir con otros. Están tan acostumbrados a la gratificación inmediata, que hacer una fila o esperar un turno es una tortura.
Son intolerantes y, por lo tanto, más dados a la agresión para lograr lo que quieren. Es una paradoja que estos niños tan privilegiados por haber nacido en una época llena de transiciones y cambios, especialmente en cuanto a la comunicación y a la tecnología, sean más difíciles de manejar que los de otras generaciones.
Estos niños son privilegiados, pues se han convertido en el centro de la atención de los padres. ¿Será por esto por lo que son más difíciles de manejar? Sí, son difíciles porque no aceptan los límites, se sienten superiores a sus padres o por lo menos se sienten sus iguales, viven en el inmediatismo y, como se dice vulgarmente, "se las saben todas".
Hoy, más que nunca, los padres tienen que ponerse las pilas. Tienen que dejar a un lado la permisividad, ser organizados, olvidarse de la culpa, poner límites claros y ser la figura de autoridad.
La sobregratificación y la permisividad tienen que acabarse. Los padres deben actuar más y hablar menos. Si el niño hace algo inadecuado, esto debe tener una consecuencia.
No hay que temerles, sino empoderarse como padres amorosos y firmes. Esto se hace con reglas claras que, si no se cumplen, tienen una consecuencia negativa. El niño pronto aprende a respetar a sus padres porque ve que ellos sí cumplen lo que dicen.
Tenemos niños que saben más que nosotros de tecnología, pero nosotros sabemos más que ellos de la vida y de la crianza de hijos. Nuestros hijos necesitan la guía y el ejemplo de sus padres! ¡Adelante, ustedes pueden!
ANNIE DE ACEVEDO

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