Durante los primeros años de vida, los chicos tienen las piernas en forma de paréntesis (los médicos lo llaman en genu varo), una forma que se mantiene hasta que el chico aprende a caminar con soltura, esto es, hacia el año y medio o los dos años de vida.
A partir de esa edad, el peso del propio cuerpo hace que la posición de las piernas cambie, de manera que las rodillas se juntan y los pies se separan y pisan sobre su lado interior. Esta posición en equis se conoce como genu varo.
A los cuatro años, el genu varo adquiere su grado máximo, después las piernas comienzan a enderezarse hasta volverse rectas, hacia la adolescencia. Pero a aquella edad todos los chicos tienen cierto grado de genu varo, que los médicos consideran normal y que suele desaparecer en unos pocos años.
Por lo tanto, antes de tomar alguna decisión, y decidirse a operar las rodillas, hay que esperar un tiempo para ver si la desviación de las piernas se corrige por sí sola.
Por lo tanto, antes de tomar alguna decisión, y decidirse a operar las rodillas, hay que esperar un tiempo para ver si la desviación de las piernas se corrige por sí sola.
En la mayoría de los chicos, el genu varo se corrige por completo; en otros no se corrige del todo, pero no hay que operarlos porque se trata de un rasgo heredado (otras personas en la familia también tienen las piernas en equis). Si el desvío se debe a un trastorno (infección, trauma, raquitismo), suele haber lesiones en las rodillas, y el chico necesita un tratamiento
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