Seguramente como mamá, sabe que los niños menores de 6 meses deben alimentarse sólo con leche materna o, en caso esto sea imposible, con fórmulas maternizadas (a base de leche de vaca, pero modificada especialmente para bebés) y no con leche de vaca sin modificar, como la leche entera, en polvo y/o evaporada de cualquier marca comercial, ya sea sin lactosa, light, calcio con hierro. Sin embargo pocos se preguntan el por qué no es recomendable la leche de vaca, la mayoría supone que es debido a la lactosa de vaca; sin embargo, un problema fundamental, es la grasa
LA PROTEINA DE LA LECHE DE VACA Y LOS BEBES LACTANTES
Si colocáramos 100 gramos de leche materna en una balanza, encontraríamos en total cerca de 1.5 gramos de proteína. Si colocamos en cambio 100 gramos de leche de vaca, hallaríamos entre 4 y 7 gramos de proteínas en ella. Esto, erróneamente nos llevará a pensar que la leche de vaca es más alimenticia, pero la realidad es otra; pues ya que la leche materna está formulada especialmente para el organismo de un humano bebé, contiene la cantidad de proteína que el bebé es capaz de metabolizar, es decir, la cantidad de proteína que puede captar y convertir en lo que necesite sin lastimar sus órganos.
Por el contrario, darle una mayor cantidad de proteínas haría que se creen demasiados desechos tóxicos en su cuerpo, además de no poder digerir una buena parte haciendo que pasen substancias enteras extrañas a su torrente sanguíneo. Sumado a esto está el hecho que sus riñones (los encargados de eliminar todas las “basuritas” que se crean en su cuerpo después de aprovechar lo que necesita) no están totalmente desarrollados hasta el año de edad, podemos ver que esa sobrecarga de proteínas resulta muy perjudicial para su organismo en formación.
Si colocáramos 100 gramos de leche materna en una balanza, encontraríamos en total cerca de 1.5 gramos de proteína. Si colocamos en cambio 100 gramos de leche de vaca, hallaríamos entre 4 y 7 gramos de proteínas en ella. Esto, erróneamente nos llevará a pensar que la leche de vaca es más alimenticia, pero la realidad es otra; pues ya que la leche materna está formulada especialmente para el organismo de un humano bebé, contiene la cantidad de proteína que el bebé es capaz de metabolizar, es decir, la cantidad de proteína que puede captar y convertir en lo que necesite sin lastimar sus órganos.
Por el contrario, darle una mayor cantidad de proteínas haría que se creen demasiados desechos tóxicos en su cuerpo, además de no poder digerir una buena parte haciendo que pasen substancias enteras extrañas a su torrente sanguíneo. Sumado a esto está el hecho que sus riñones (los encargados de eliminar todas las “basuritas” que se crean en su cuerpo después de aprovechar lo que necesita) no están totalmente desarrollados hasta el año de edad, podemos ver que esa sobrecarga de proteínas resulta muy perjudicial para su organismo en formación.
Cuando el bebé nace, muchos de sus órganos se encuentran aún en desarrollo, es por eso que en el caso de la leche de vaca “para adultos”, por su alto contenido de proteínas, grasas, etc., lo normal es que le haga daño al bebé. Algunas personas nos podrán decir que hay bebés que desde muy pequeños han tomado esta leche y no les hizo daño, ello se debe a que esos bebés han tenido un desarrollo de su sistema digestivo, riñones, etc. más rápido, por lo que no les hizo daño la leche de vaca, pero ¿cómo saber si nuestro bebé tiene su órganos completados? es un riesgo que no debemos correr, mejor es darle leche materna o de fórmula y evitar problemas de salud.
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