viernes, 10 de septiembre de 2010

PEQUEAVENTURAS



Dicen que montar en bicicleta es tan sencillo que una vez se aprende, no se olvida. Sin embargo,  la tarea se convierte en poco más que una tragedia para muchos peques. Aprender a arrancar sin ayuda, frenar o el acto reflejo de poner los pies en suelo cuando la bicicleta se para, parecen todo un mundo cuando sólo se cuenta con cinco años y unos pocos centímetros de estatura. Y es que ya sea una bicicleta de aprendizaje o una clásica con pequeñas ruedas de apoyo en la parte trasera, inculcarles el valor necesario para montar en una bici 'de mayores' requiere algo de astucia y unos cuantos consejos...

Lo primero de todo, no precipitarse. Cada niño es un mundo, y mientras unos se ven capaces de participar en el Tour de Francia desde muy pequeños, otros tardarán más en atreverse a aparcar el triciclo o quitar los ruedines para aventurarse con la bicicleta tradicional. Normalmente, y especialmente en verano, cuando los peques tienen infinitas horas al día para vivir aventuras y explorar junto a otros niños, serán ellos mismos quienes os lo pidan.

Antes de empezar, asegúrate de que el sillín está lo bastante bajo como para que los pies lleguen al suelo sin problemas. El acto de frenar es uno de los que los peques tardan más tiempo en procesar y dominar, así que es más que probable que durante una buena temporada utilicen los pies para evitar caerse.

Revisa la bici (cadena, pedales, manillar, frenos), y no olvides equiparles con las correspondientes rodilleras, coderas y casco homologado: si se caen, no podrás evitar unas cuantas lágrimas, pero al menos ahorrarás en raspones y heridas extra...

Elige bien el lugar para empezar a dar sus primeras pedaladas, a poder ser sobre un terreno llano, sin tierra sobre la que derrapar, sin desniveles o cuestas, y con ausencia total de tráfico.

El miedo a montar en bici suele estar relacionado con el equilibrio, o mejor dicho, con la falta del mismo. Para darles el 'empujoncito' de confianza final, permanece siempre cerca mientras están aprendiendo, sujetando el sillín, y anímales poco a poco a que prueben a ir sólos de pocos en pocos metros. Eso sí, si sabes que en algún momento vas a soltar el sillín, avísales antes para que la sorpresa no les desequilibre, y pierdan confianza tanto en la bicicleta como en sus 'profes'.

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