viernes, 10 de febrero de 2012

PARÁLISIS CEREBRAL


Alguna vez has oído a un familiar hablar sobre tus primeros pasos o la primera palabra que pronunciaste? Para los niños con parálisis cerebral, los primeros pasos o la pronunciación de la primera palabra no son tan fáciles. Eso se debe a que la parálisis cerebral es un trastorno que puede afectar las actividades que los niños hacen todos los días.
Algunos niños con parálisis cerebral usan sillas de ruedas y otros caminan con la ayuda de muletas o aparatos ortopédicos. En algunos casos, un niño podría tener problemas del habla o no ser capaz de hablar.
La parálisis cerebral es un trastorno que afecta a miles de bebés y niños cada año. No es contagiosa, lo que significa que no puedes contraerla de una persona con parálisis cerebral. La palabra cerebral significa que tiene que ver con el cerebro. La palabra parálisis indica una debilidad o problema en la manera en la que una persona mueve o posiciona su cuerpo.
Un niño con parálisis cerebral tiene dificultades para controlar los músculos  del cuerpo. Normalmente, el cerebro le dice al resto del cuerpo exactamente qué hacer y cuándo hacerlo. Pero como la parálisis cerebral afecta al cerebro, dependiendo de la parte del cerebro afectada, el niño podría no poder caminar, hablar, comer o jugar de la manera que lo hace la mayoría de los niños.

Tipos de parálisis cerebral

Existen tres tipos de parálisis cerebral: espástica, atetoide y atáxica. El tipo más común de parálisis cerebral es la parálisis cerebral espástica. Un niño con parálisis cerebral espástica no puede relajar los músculos o podría tener músculos rígidos.
La parálisis cerebral atetoide afecta la capacidad del niño para controlar sus músculos. Esto significa que los brazos o piernas afectados por la parálisis cerebral atetoide podrían agitarse y moverse repentinamente. Un niño con parálisis cerebral atáxica tiene problemas de equilibrio y coordinación.
Un niño puede tener un caso leve o más grave de parálisis cerebral - realmente depende de la extensión del cerebro afectada y las partes del cuerpo que esa parte del cerebro controla. Si ambos brazos y piernas están afectados, el niño podría necesitar una silla de ruedas. Si sólo las piernas están afectadas, el niño podría caminar de manera insegura o necesitar aparatos ortopédicos o muletas. Si la parte del cerebro que controla el lenguaje está afectada, el niño con parálisis cerebral podría tener dificultad para hablar con claridad. Otro niño con parálisis cerebral quizás no pueda hablar.
Nadie sabe con seguridad cual es la causa de la mayoría de los casos de parálisis cerebral. Para algunos bebés, las lesiones al cerebro durante el embarazo o inmediatamente después del nacimiento podrían ser la causa de la parálisis cerebral. Los niños con mayor riesgo de desarrollar parálisis cerebral son los bebés pequeños y prematuros (bebés que nacen muchas semanas antes de la fecha en la que debían nacer) y los bebés que necesitan un ventilador (un aparato que les ayuda a respirar) durante varias semanas o un lapso de tiempo más prolongado. Pero para la mayoría de los niños, el problema en el cerebro ocurre antes del nacimiento y los médicos no saben por qué.

¿Qué hacen los médicos?

Los médicos que se especializan en el tratamiento de niños con problemas cerebrales, nerviosos o musculares generalmente son los que diagnostican la parálisis cerebral. Estos especialistas podrían incluir a un neurólogo pediátrico, un médico que trata trastornos del sistema nervioso y cerebrales en niños.
Otros tres tipos de médicos que pueden ayudar a los niños con parálisis cerebral incluyen al ortopeda (traumatólogo) pediátrico, que se ocupa de trastornos de los huesos o articulaciones, un pediatra especialista en desarrollo, que observa el crecimiento o desarrollo del niño comparándolo con el de otros niños de la misma edad, y un fisiatra pediátrico, que ayuda a tratar a niños con diversos tipos de discapacidades.
No hay una prueba especial para determinar si un niño tiene parálisis cerebral. Los médicos podrían requerir radiografías y pruebas de sangre para determinar si algún otro trastorno del cerebro y sistema nervioso podrían estar causando el problema. Para diagnosticar la parálisis cerebral, los médicos generalmente observan el desarrollo de un niño.
A menudo, la parálisis cerebral puede ser diagnosticada antes de que el niño cumpla los 18 meses. Por ejemplo, si el niño no se sienta o camina dentro del plazo en el que la mayoría de los niños puede hacerlo, el niño podría tener parálisis cerebral o algún otro trastorno que está demorando su desarrollo. Los médicos siguen de cerca el desarrollo del bebé y del niño para descubrir problemas de tono y fuerza muscular, movimientos y reflejos.

¿Cómo se trata la parálisis cerebral?

Para un niño con parálisis cerebral, el problema en el cerebro no empeorará a medida que crece. Por ejemplo, un niño con parálisis cerebral que afecta sólo las piernas no desarrollará parálisis cerebral en los brazos o trastornos del lenguaje más adelante. Sin embargo, el efecto de la parálisis cerebral en los brazos o piernas puede empeorar, y algunos niños podrían desarrollar dislocación de la cadera (cuando los huesos que se juntan en la cadera zafan de su posición normal) o escoliosis (curvatura de la columna vertebral).
Por eso la terapia es tan importante para un niño con parálisis cerebral. Los niños con parálisis cerebral generalmente necesitan fisioterapia, terapia ocupacional o del habla para ayudarles a desarrollar habilidades como caminar, sentarse, tragar y usar las manos. También hay medicamentos para tratar las convulsiones que tienen algunos niños con parálisis cerebral. Algunos medicamentos pueden ayudar a relajar los músculos con parálisis cerebral espástica. Y algunos niños con parálisis cerebral podrían requerir cirugía especial para enderezar los brazos o las piernas y hacerlos más flexibles.

Cómo vivir con parálisis cerebral

Generalmente, la parálisis cerebral no impide que los niños vayan a la escuela, tengan amigos o hagan las cosas que disfrutan. Pero es posible que tengan que hacer estas cosas de manera algo diferente o podrían necesitar ayuda para hacerlas. Con computadoras para ayudarles a comunicarse y sillas de ruedas para ayudarles a movilizarse, los niños con parálisis cerebral a menudo pueden hacer muchas de las cosas que hacen los niños sin el trastorno.
Los niños con parálisis cerebral son como los otros niños. La diferencia es que se enfrentan con desafíos que les dificultan las tareas de todos los días. Lo que más quieren es sentirse parte del grupo y ser aceptados. Si conoces a alguien con parálisis cerebral, sé paciente. Si no puedes comprender lo que dice una persona con parálisis cerebral o si esa persona demora más en hacer las cosas, dale más tiempo para que hable o se mueva. Ser comprensivo es parte de ser buen amigo, y un niño con parálisis cerebral sabrá apreciarlo verdaderamente.

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