EL OIDO

El oído es un órgano delicado, así que debemos cuidarlo tomando algunas sencillas precauciones

 

Vivimos en un mundo ruidoso, y la exposición a ruidos altos es una de las causas más comunes para la pérdida de la audición. Se calcula que el 33 por ciento de estadounidenses mayores de 60 años presenta algún grado de pérdida auditiva.

¿Qué se considera demasiado alto? La exposición prolongada a ruidos por encima de 85 decibeles puede afectar su audición. El ruido que las podadoras de hierba a motor, los tractores y los taladros manuales producen, oscila dentro del rango de 90 a 98 decibeles.

Si usted se expone regularmente, por un minuto o más, a motosierras, sirenas de ambulancias o al despegue de aviones, también corre riesgo de perder el oído, puesto que éstos producen ruidos dentro del rango de 105 a 140 decibeles.

Sin embargo, no solamente las herramientas a motor y la maquinaria aumentan el riesgo de perder el oído. Los actuales aparatos portátiles para escuchar música producen sonidos tan altos como 130 decibeles.

Lleve protección para los oídos: el mejor aparato de protección para los oídos es aquel que puede llevarse en forma correcta. No importa si elige tapones para los oídos u orejeras, el punto es buscar algo que le ofrezca cierre hermético. Lleve esta protección para los oídos cuando esté alrededor de ruidos altos, incluso cuando realice actividades cotidianas como podar la hierba.

Percátese del ruido: siempre que le sea posible, baje el volumen de la radio, televisor o parlantes. Si usted no puede escuchar o no pueden escucharlo a una distancia de un metro (3 pies), quiere decir que el ruido está demasiado alto.

Tenga cuidado con los audífonos: si utiliza audífonos y la persona que está junto a usted puede escuchar lo que usted escucha, el volumen está muy alto.

Deles un descanso a sus oídos: alterne entre actividades ruidosas y tranquilas. Además de la intensidad, el tiempo de exposición al ruido, también puede afectar a la pérdida del oído.

De hecho, aunque un ruido se encuentre en la porción inferior de la escala de decibeles, si continúa durante un período prolongado de tiempo, podría ser realmente más dañino que un ruido de alta intensidad pero intermitente.